
(Ilustración: Mavi)
El paripé
—¿Cómo entramos ahí?
—Deberíamos buscar una fórmula que implique cualquier
alternativa.
—Eso no tiene sentido.
—Bueno, omitiremos implicar y alternativa.
—Vale.
—Para esta misión no nos hace falta la espiritualidad. Nos
bastaría con hacernos los locos, estudiar las coordenadas y, sobre
todo, sobornar al portero.
—¡Pero, si no hay portero! Me han dicho.
—Tanto mejor. Encontrar la puerta, sobre todo, encontrar la
puerta. Velocidad, eso es lo que necesitamos. Velocidad y desparpajo.
—Vale, yo aún no he desayunado.
—Ya estamos. La vanidad hay que olvidarla, dejarla fuera.
—Y, dentro ¿qué hacemos?
—Se irá viendo.
—Solo que primero tendríamos que entrar y no parece fácil.
—Estamos algo tristes pero, somos futuros héroes ¿No crees?
—Puede que después del cafelito...
—¿A qué viene ese canguelo? Solo necesitamos un poco de suerte.
—Un poco de suerte y algo más.
—Yo estoy preparado ya. ¿Y tú?
—Aún no estoy maduro; quizá una copita de …
—Oculta tus cicatrices, nos están mirando.
—Yo no veo a nadie.
—De todas formas, no se está mal aquí fuera ¿no?
—Ya te digo pero, como no me dejas hablar nunca...