Se desnudó.
Abanicando las cuerdas de su guitarra destiló una melodía que dejó confundidos y admirados a imperiosos filósofos y a modernos arquitectos eyaculadores precoces.
Se vistió.
Se hizo una pregunta para la que no tenía respuesta. Blasfemó dos veces. Tuvo un capricho. Se ignoró a sí mismo y perdió la juventud. Orinó a favor del viento. No era tonto del todo.
Se acostó.
Soñó que ya no era un cobarde. Que al amanecer gastaba bromas a la alta sociedad. Que algunos fragmentos de su futuro ya estaban enmarcados en cuadros en los museos. Buscó alguna coartada, por si las moscas.
Se levantó.
Se encontraba distante con él mismo, pero se podía soportar si se empeñaba. Intentó fotografiar un verso, pero no se estaba quieto. Quiso dejar hablar a su corazón, pero estaba afónico de tanto roncar por la noche. No tuvo más remedio que volverse a desnudar…
Ilustraciones
Mavi
Texto
Babelain