¿Tiene eso importancia?

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(Ilustración.- Mavi)


¿Tiene eso importancia?

Nada más entrar en la casa me di cuenta, no había vuelta atrás.

El olor, las luces, las sombras, la humedad, el sonido amortiguado, los colores sin sentido...

Olía a metagusano de la humedad adolescente, enfermo, en fase terminal.

La luz que entraba por la ventana luchaba a brazo partido con la oscuridad viscosa que reinaba en la sala y casi nunca salía victoriosa. Polvo de estrellas muertas en el aire. Escalopendras ondulantes reptando por las roídas cortinas.

Las sombras se carcajeaban silenciosas tras los muebles vetustos y los jarrones de falsa porcelana, rotos. Algunas vibraban muy lentamente, como cuerdas de piano de cola, sin sonido. Sapos negros en las esquinas.

La humedad era la reina de aquel antro. Goteras que formaban charcos hediondos. Paredes empapeladas desnudándose impúdicamente, dejando ver las leprosas paredes. Siseos de vívoras tras los armarios carcomidos.

Cualquier movimiento ruidoso dentro de la casa quedaba amortiguado automáticamente y se convertía en un chapoteo pantanoso, en sonido irreconocible. La casa parecía que tuviera dentro una especie de silenciador, como las pistolas de los asesinos.

Los colores iban y venían sin mucho sentido. Tenían vida propia. Su intensidad pasaba por distintas fases, dependiendo del ángulo de visión.

Por fin el dormitorio. En semi penumbra. Absurdamente limpio y ordenado dentro de aquel caos infernal. En el centro, la cama, impecablemente hecha. La colcha, de color azul oscuro, empezaba a recibir pequeños copos de nieve que entraban por la claraboya. Me tumbé en ella relajado y, poco a poco, el manto de nieve me fue cubriendo.

Me invadió un agradable aroma a... ¿cardamomo?, ¿bergamota? En la cocina alguien trasteaba con los cacharros. Seguramente preparando un té. Lo más probable es que no me quedara ya tiempo para paladearlo. ¿Tiene eso importancia?

A otro perro con ese hueso.

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A otro perro con ese hueso.

Otra canción del primer disco de Babelain (sin publicar). Grabada a principio de los 90, con nuestro amigo Miguel Ángel Cumpián (de los Cumpián de toda la vida) como estrella invitada en la voz.
Mavi le da la réplica.

Con una letra filosófica, trascendental, muy seria. En esta ocasión no se ha retocado ni regrabado, hemos dejado la versión original, que no estaba del todo mal grabada para los medios disponibles en aquel momento; con sus guitarras invertidas y esas cosas tan modernas. Es muy cortita, no os preocupéis.


Mavi.- Voz
Miguel Ángel.- Voz
Babelain.- Guitarras, bajo y batería.




(Letra y música.- Babelain)

-Hola, si te he visto no me acuerdo
-¿Aunque estrene peinado?
-Inclusive, inclusive

-No seas así
siempre quise ser feliz
y a pesar de ser así...
yo ya no puedo seguir
si te marchas al Brasil
a mi me da un paralí.

-¡¡¡A otro perro con ese hueso!!!

-Hola, eres una caracola
-¿Donde se oye el mar?
-Donde retumba, donde retumba

-Te daré confort
te daré una flor
soportaré tu olor...
y ya no podré seguir
si te marchas al Brasil
a mi me da un paralí.

-¡¡¡A otro perro con ese hueso!!!

-¡¡¡A otro perro con ese hueso!!!

-¡¡¡A otro perro con ese hueso!!!


Nuestro amigo Miguel Ángel

A otro perro con ese hueso.
(En Las Alpujarras)


¡¡¡¡FELICES FIESTAS A TODOS!!!!


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(Momentos antes del  fatal acontecimiento)

Adeus América


Puso en el reproductor de música “Adeus América” en la versión de Bossacucanova. Le dolía la garganta y, a pesar de que pensaba suicidarse de aquí a un rato, se tomó una pastillita de Bucometasana. Se vio meneando ligeramente el cuerpo al ritmo de la bossa y se extrañó lo suyo. ¡A cuento de qué ese meneito a estas alturas de la película!

Le vino a la cabeza un poema de Joan Brossa:

Un hombre estornuda.
Pasa un coche.
Un tendero echa la puerta metálica.
Pasa una mujer con un garrafón lleno de agua.
Me voy a dormir.
Eso es todo.”

En pleno bailecito, el niñito rubio y malvado, con sus gafas redondas, lo cogió con sus dedos por la cintura y lo puso encima de la televisión de plasma, como si hiciera una gracia. Todo el mundo lo podía ver al entrar en la casa. La tele estaba al lado de la puerta de entrada.


Eso precipitó el acontecimiento. Se lanzó al abismo como el que se lanza a una piscina, con los brazos por delante. ¿Qué porqué se suicidó? No podía soportar su última reencarnación en un muñequito de Playmobil. Más concretamente en Supermán. Pero para suicidarse se vistió de Clark Kent. 
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Y por si os sabe a poco:

Safari fotográfico

















Casas Vacías.

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Esta canción pertenece al primer CD que grabamos como Babelain con el título de “A otro perro con ese hueso”; igual que Dos Gradenias y un par de ellas más que próximamente saldrán en este blog.


Este primer disco no lo he publicado en el blog; son canciones que he ido componiendo entre los años 70, 80 y 90 y que no habíamos podido grabar por falta de medios hasta principios de los años 90


Solo los amigos “analógicos” y familiares cercanos lo tienen.


Ahora hemos vuelto a grabar algunas de ellas, ya que no estaban en muy buenas condiciones debido a los medios precarios utilizados en aquellos años.


Casas Vacías



CASAS VACÍAS
(Letra y música.- Babelain)

Casas vacías…. sueños de ayer
Telón de flores…besos sin fe

Bruma de ojos….aurora de abril
Piel que se oculta…luz de perfil

Coro:
“Sangra la luna en el cristal
Colmando el delirio
La sed de suicidio

La cicatriz en el espejo
Se abre a la noche
Solo en el coche”

Silencio de locos…piel celestial
El tiempo se rompe…estrellas de mar

Bosque del cielo…rota la piel
Buscando silencio….sueños de ayer

“Sangra la luna en el cristal
Colmando el delirio
La sed de suicidio

La cicatriz en el espejo
Se abre a la noche
Solo en el coche”

(Instrumental)

“Sangra la luna en el cristal
Colmando el delirio
La sed de suicidio

La cicatriz en el espejo
Se abre a la noche
Solo en el coche”

Hubo silencio…el tiempo roto
Buscando colores…en el mercado del loco

Tiempo de bosques…hielo en el cielo
Mercado del tiempo…bosque de hielo



La Foto -En vías de extinción-

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(Unos segundos antes de la fusión)

La foto
(En vías de extinción)

Me estoy mirando
desde una foto del año 1975
y me digo cosas desde allí
a mi mismo, a mediados de 2015.

Estaba serio en esa foto y, casualmente
ahora mismo, también.

Nos hablamos sin rencor.
Él era más sabio
más encantador de serpientes
pero yo ahora me deslizo mejor
en las periferias
como un poco mejor engrasado.

Gira todo
a cámara lenta, sin pausa.
Antes y ahora.
No como maldición
sino como un movimiento perpetuo
de cuerpos celestes.

A veces...

A veces... un sueño en el trampolín
pero los sueños siempre se interrumpen
sin avisar. Es la costumbre.
Y si miras hacia abajo
te inunda el vértigo.
Por lo tanto, disimulo
y me deslizo escaleras abajo.

O alguien detiene el columpio
en pleno concierto para violín de Bach
y se desinfla el tiempo.

Entonces corro a comprar globos de colores
para los cumpleaños que queden.

La foto, en blanco y negro,
lo dice todo.

Me estoy mirando
desde la foto y viceversa
y me noto camaleón en vías de extinción
Antes y ahora.


(En plena fusión)


Dos Gardenias. Historias de Malasaña, años 70

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(Antes de entrar en la mili)

Dos Gardenias
Esta canción tiene su historia. No la voy a contar entera, no os preocupéis; solo un pequeño resumen:

La letra y la música son del año 92 o 93, pero el estribillo, que va variando el primer verso, está basado en uno de los primeros poemas que conservo de nuestra época en Madrid, en el barrio de Malasaña -Calle Monteleón 7- años 72/73- cuando éramos unos pipiolos. Trata de describir, con unos pocos brochazos, nuestra vida en aquella época madrileña y la decisión de bajarnos de nuevo al sur.

La grabamos la primera vez en el 92 o 93, aunque con los medios que disponíamos en aquella época no quedó muy católica. Ahora la hemos vuelto a grabar, 22 años después, y no es que sea la coca bicoca, pero creo que ha quedado algo más limpia.

Mavi.- Voz
Babelain.- 2ª voz, coros, guitarras, bajo y batería.




Dos Gardenias
(Música y letra.- Babelain)

En un prado verde dos gardenias para ti
Suenan las tormentas a lo lejos
Son los viejos tiempos de buhardilla y de coñac
Luz de luna por la claraboya

Un pijama en una percha
Y tantísima gente en las calles

Sueños de colores en los parques de Madrid
Puesto de pulseras en el Rastro
Tardes de despegue noches para aterrizar
Anulando a las tristes mañanas

Un zapateado a tiempo
Y tantísima gente en las calles

En un prado verde dos gardenias para ti
Huyen dos amantes para siempre
Los poemas llenos de palabras sin pulir
Frescos e inocentes como flores

Escuchamos a los dioses
Y tantísima gente en las calles

Cines, bares, teatros, no había tiempo que perder
Dormir es solo para “tipejos”
Luces de Bohemia, Malasaña, Monteleón
Queso de tetilla con Ribeiro

La vecina hace su guiso
Y tantísima gente en las calles

En un prado verde dos gardenias para ti
Solo queda el eco del silencio
En la encrucijada una duda “aquí o allí”
Tomamos el camino del sur

El mundo sigue su marcha
Y tantísima gente en las calles




(En plena mili)

(En el metro)

Visita de cortesía.

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(Ilustración.- Mavi)

Visita de cortesía

Han venido, por fin, en visita de cortesía a la Granja Hidráulica, los vecinos de Luna de Arriba y los de Luna de Abajo. Exhiben sus dialectos: “líquido” (los de Arriba) y “sólido” (los de Abajo).

En realidad fuimos nosotros los que habíamos dado el primer paso cursando una invitación formal, pero ya hacía tiempo de eso. Y ahora había llegado el momento tan largamente esperado.

Al principio, a nosotros, los de Tierra Adentro, nos costaba entenderlos, pero enseguida, ayudándonos con gestos universales, empezamos a mantener fluidas y graciosas conversaciones.

Poco a poco, los ingenuos, nos están confiando secretos galácticos inconfesables que pueden sernos de gran utilidad con el correr de los tiempos. Siempre que, de aquí a un par de horas, surta efecto el sutil veneno que les hemos suministrado en las bebidas burbujeantes de brillantes colores, que están consumiendo con inusitada avidez, y caigan fulminados sobre la mullida alfombra color magenta que hemos instalado para la ocasión.

El Blues del Ukelele.

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Una especie de blues ligerito (no soy Eric Bibb) donde el ukelele destaca sobre los demás instrumentos. Sin más pretensiones.




EL BLUES DEL UKELELE
(Letra y música.- Babelain

En el fondo del Mar/florecen los Sueños
En lo profundo del Bosque/se marchita el Sol
Pero en la Plaza del Pueblo/ reina el descontrol

Pasean dos poetas Zurdos/por las Veredas
Tienen el azúcar alto/ y el colesterol
Pero en la plaza del Pueblo/ reina el descontrol

En la fiesta del Pueblo/ bullen los sentimientos
Y una piara de jóvenes/ bebiendo alcohol
Pero en la plaza del Pueblo/ reina del descontrol

En la plaza del Pueblo/ estoy tocando un Blues
la gente pasa de largo/ me ven como a un pelele
Si no te gusta/ el Blues del Ukelele

que te de un telele.

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Y para completar el post, algunas fotos del último safari:













Demasiados fuegos artificiales. Poema Beat-Dadá

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(Demasiados fuegos artificiales)

Poema Beat-Dadá
(Recordando a Gregory Corso y Jean Arp)
(Ilustraciones de mi hermano J. Carlos)

¡Si! ¡Si!
Tiene que haber
gente bondadosa
sentada en los parques (*)

Y algunos elefantes
estarán enamorados
del milímetro (**)

Pero ahora me gustan
(puedo asegurarlo)
todas y cada una
de las horas del día:

La hora de abrir los ojos de madrugada
como si fuera la primera vez.

La hora de no invadir Polonia

La hora de exprimir los sueños
bebiendo un té negro con cardamomo

La hora de sacudirse la alas con mimo

La hora de zambullirse en el mar

La hora de saludar a los suicidas

La hora blanquísima de tender la colada

La hora en la que fracasan los infalibles

La hora de cocinar quinoa con verduras al dente

La hora de imaginar poemas carminativos
o inéditas bandas sonoras

La hora de la siesta a bocajarro

La hora de mirar de soslayo por las ventanas

La hora del paseo hacia cualquier parte

La hora del equilibrio en la cuerda floja

La hora de evitar al fantasma

La hora de leer historias que otros han inventado

La hora en la que naufraga la geometría

La hora de viajar al infinito más cercano

La hora de olvidarlo todo en la cama...

¡Si! ¡Si!
ya sé
también ahora
hay demasiados
fuegos artificiales

Y agoreros
que todo lo saben.

Aunque
prefiero
(de lejos)
quedarme
en la Duda
duda duda
duda duda
duda duda
duda duda...

(Prefiero quedarme en la duda)

(*) "¿Puedo decir que la gente, sentada en los parques, es bondadosa?"- Gregory Corso. (Gasolina y otros poemas)
(**) "El elefante está enamorado del milímetro" -Jean Arp (Días deshojados)

Como Cazar, Cocinar y Comerse al "Otro"

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(Ilustraciones.- Mavi)


Como cazar, cocinar y comerse al "otro"


La caza

Al “otro” le encanta el jolgorio, la fiesta, la aglomeración, la francachela, el ruido, la parranda, la algarabía... Y ahí es donde lo podemos encontrar, entre el gentío, bailando la conga o haciendo el indio. En las antípodas. Al menos a “mi” “otro”.

Ahora se trata de cazarlo de la forma más elegante. ¿Que cómo? Pues utilizando los ardides más sutiles. Hay cebos muy apetitosos para mi “otro”, pero no quiero revelarlos, ya que alguien se me podría adelantar en la captura. Mi “otro”, aunque él se cree hombre de mundo y versado en muy diversas materias, en realidad es un inocentón, incauto, cándido, incluso bobalicón si se quiere; así que caerá en mi trampa en cuanto me lo proponga.




Cocinando al “otro”

Una vez cazado el “otro” y puesto a buen recaudo, debemos dejarnos de metafísica y de metáforas. Algo de ironía e incluso fino cinismo vendrían bien como aderezo en el último hervor. Pero lo importante es ponerlo en una gran plancha de madera y golpearlo con el mazo hasta que quede blandito, esponjado. Luego necesitaría un par de horas de maceración en el balcón, a la sombra, haciéndole oír algo de poesía albanesa y algún requiebro de minero japonés tímido. A la mitad de la maceración, se puede añadir trufa negra, pero es cara. Espolvorear pimienta negra de un modo generoso. Su chorrito de limón en el ombligo no puede faltar. Y contarle algún chiste sin gracia, que le recuerde a sus habituales correrías nocturnas. Ahí ya se ablandaría del todo. Ya podemos pasar a la cocción pura y dura. Yo no utilizaría vino, se lo bebería antes. Así que con un poco de vinagre de manzana va que chuta. El tiempo de cocción varía según la dureza del agua del lugar.




El Banquete

Este manjar no debería degustarse en soledad, aunque tampoco sería un crimen. Yo invitaría a alguna antigua amante del “otro” (si la tuviera; si no, alguna prostituta que hubiera tenido comercio carnal con él) y, por supuesto, llamaría a mi primer y juvenil fracaso amoroso (ese que te hunde en la miseria), que se presentaría con un galgo hambriento (para aprovechar los huesos y las higadillas). Haríamos buenas migas los tres, y el perro; y nos reconciliaríamos con nuestro pasado. Sobre todo, yo. El resquemor es malísimo para el hígado.

En la escena final se nos ve a los tres tomando poleo menta en una terraza bar, de madrugada, para facilitar la digestión de tan opuesto pero apetitoso manjar. Al perro lo hemos dejado en casa un poco tristón.


No hemos vuelto a saber nada de vosotros. Trastornos (Leves) de Personalidad IV.

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Babelain.- Instrumental. 

Dedicado a nuestros queridos amigos Vikingo y  Ficus.







Y como no tiene letra, incluimos un poema (o lo que sea) para dar un poco más la lata.



El Péndulo

Simplemente estar aquí
anulado en el Silencio
aunque irrumpa en esta escena
el rugir del helicóptero.

Un Suspiro se diluye
no hay motivo para el Llanto
queda lejos el Pasado
lo he declarado en ruinas.

¡Claro que canta el Pájaro!
Y sonríen las estrellas
mientras crujen en el suelo
las hojas que voy pisando.

He imitado algunos gestos
por puro y llano placer
y ahora que nadie me observa
parece que fueran míos.

El Farsante se agazapa
en cualquier pliegue del Tiempo
sin darnos tiempo a pensar
qué hicimos con la Inocencia.

Cuando el Péndulo se cansa
se producen terremotos
absortos quedan los búhos
salimos del Trance Hipnótico.

En la Soledad desnuda
el Viento barrió las hojas
vuelve a cantar el Pájaro
y en la Nada suena el Eco.


Las fotos para el collage de la portada:



Instrumental y portada:
http://www14.zippyshare.com/v/6nQNzmr1/file.html


Circunstancias que no vienen al caso. Trastornos (leves) de Personalidad III

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Verlain y Rimbaud. Bruselas 1873

Diario 
Octubre 2015

Martes 6

Circunstancias que no vienen al caso

Yo me encontraba un poco alterado, la verdad, por circunstancias que no vienen al caso; por eso, al preguntarle durante el habitual paseo vespertino:

- ¿Te apetece que lo hagamos esta noche?
Ella, indignada, me espetó:

- Yo a usted no lo conozco de nada, ¿cómo se atreve?

Le respondí, con mucho cuidadito y sin ánimo de complicar más las cosas:

  • Mira rica, que hayas estado leyendo esta mañana a Rimbaud -Yo es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín...”- no significa que yo no sea yo. Soy más yo que nunca, aunque cuando las circunstancias lo requieren, soy otro ¡faltaría más! Pero este no es el caso. Así que, ¿te apetece, o no?
Pero ella, aprovechando un descuido, se metió en un taxi con un señor que llevaba un ridículo bombín en la cabeza y, sonriéndome desde la ventanilla del coche, me hizo una pedorreta.


Ya la pillaré esta noche, o madrugada, cuando vuelva a casa y se haya olvidado de la famosa frasecita “rimbaudiana”. Entonces sí que seré otro, y bien distinto. Aunque ella siga siendo la misma tonta de siempre.  



Yo es otro