Babelain. Single. Cracking Up. Qué difícil. La Señorita Fortuna.

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Como este año es bisiesto y mañana empieza febrero, vamos a celebrarlo con la publicación de un nuevo single de 3 canciones:

1.- Cracking up.- Intento de versión de un tema de Nick Lowe

2.- Qué difícil.- Cosecha propia en clave de blues o algo así

3.- La Señorita Fortuna Cosecha propia. Esto fue en su origen un poema de juventud (primera juventud) Luego se convirtió en comic con dibujos de Mavi. Más tarde en Vídeo Comic con realización de Napi. Y por último la he convertido en canción.

Cracking Up

Qué difícil

Qué difícil

(Letra y Música.- Babelain)

La hierba crece a ambos lados

Del estrecho sendero

Entran los relámpagos

Por la boca del sueño

Y salen estrellas de carne y hueso

El espacio se ha inclinado

Y el tiempo va deslizándose

Hasta el fin del universo

Buscando algún resquicio

¡Qué difícil es el arte sin artificio!

De las nubes brota sangre

Que fertiliza la tierra

Ofrece el digno árbol

Su humilde beneficio

¡Qué difícil es el arte sin artificio!

La luna blanca es de cristal

Carga el niño su tirachinas

Y rompe la luna blanca

Y su maleficio

¡Qué difícil es el arte sin artificio!

La Señorita Fortuna

La Señorita Fortuna

(Letra y Música.- Babelain)

La Señorita Fortuna

cabalga en el océano

La Señorita Fortuna

es un caballito de mar

Canta para provocar

se ríe de los espejos

es un espíritu verde

es un espíritu verdeeeee?????

La Señorita Fortuna

está detrás de la ventana

encima del frigorífico

delante del autobús

Canta para provocar

se ríe de los espejos

es un espíritu verde

es un espíritu verdeeeee?????

La Señorita Fortuna

baila alrededor del fuego

es una gacela negra

la veo en las tormentas

Canta para provocar

se ríe de los espejos

es un espíritu verde

es un espíritu verdeeeee?????

A la Señorita Fortuna

la he esperado en la noche

detrás de un algarrobo

y la he atrapado por la cola

Canta para provocar

se ríe de los espejos

es un espíritu verde

es un espíritu verdeeeee?????

Link bajar single con mediafire:

http://www.mediafire.com/?8w27p2991wq792y

Otro con Hotfile

http://hotfile.com/dl/144246154/322c45d/Babelain_Single._Cracking_Up._La_Seorita_Fortuna._Qu_difcil.rar.html

Javier resucitó

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Javier resucitó, o eso parece. Lo primero que hizo fue coger el bastón de paseo, llamar a su fiel perro que no salía de su asombro con la repentina reaparición de su amo y salir a dar una vuelta por las calles más céntricas del pueblo.

La gente, al verlo, se llevaba la mano a la boca con gesto de asombro, lo miraban sin dar crédito y los más íntimos solo se atrevían a saludarlo de lejos, incrédulos y como con temor (bien fundado por cierto)

Él se limitaba a levantar un poco el sombrero en señal de saludo respetuoso y a lucir una extraña sonrisa en su cara. Parecía algo cambiado, se había dejado bigote (¿antes llevaba bigote?) y vestía con una gracia informal que solo algunos pueden asumir (¿antes vestía igual o no nos acordamos? Los ojos parecían verdosos (¿es que antes no lo eran?) y andaba despreocupadamente (seguro que antes no andaba así, iba siempre con prisas)

Una ex amante (la última) venciendo su desconcierto, se atrevió a pararlo junto a un semáforo en rojo:

-¿Javier??????

-Siiiiiiii

-Perooooo…

-Pero ¿qué, Margarita?

-¿Como que qué? ¿Tú no habías muerto?

-Eso dicen las malas lenguas, pero ya ves

-¿No te habrás hecho el muerto para librarte de mí, no?

-Yooooooo?????

El semáforo se pone en verde y Javier, después de levantar un ápice el sombrero de su cabeza, continúa su camino con paso garboso y la sonrisa puesta. La ex amante se queda bastante pasmada mirando como se aleja Javier sin más explicaciones.

Al pasar por la acera de enfrente de su banco, el director y los empleados se asoman a la ventana, se miran unos a otros en silencio. El director se encierra en su despacho a meditar y no sale en toda la mañana. Los empleados cuchichean casi a escondidas y nadie entiende nada de nada. Se les han roto los esquemas. Esto no viene en ninguna normativa. ¿Cliente resucitado…?

Después de un paseo bastante movidito, Javier entra en el bar de la esquina junto a su antigua casa y pide una cerveza. El camarero se queda lívido al verlo, le tiemblan las manos y le pone la cerveza rebosante de espuma. Se la bebe y se marcha sin pagar. El camarero ni se entera de este detalle mientras trata de comprender la resurrección de uno de sus parroquianos más antiguos.

En vez de entrar en su casa, Javier sigue calle abajo, sale del pueblo por la carretera que lleva al cementerio, abre la verja y camina entre los cipreses silbando una melodía de la que recuerda la música pero no el nombre de la canción a la que pertenece…

París

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París

París, año 1921, Pierre estaba sentado en una terraza del Café du Marché, en el distrito 7; bebía absenta y fumaba plácidamente un gauloises. Ojeaba un periódico para disimular. Su “misión” era observar la vida parisina a diario y beber absenta a tutiplén.

En una mesa cercana, Blaise charlaba animadamente con una mujer sobre fantásticos viajes, agitando su brazo y medio (uno de ellos lo tenía cortado a la altura del codo). Bebían absenta y fumaban gauloises, para variar. La mujer, que vestía estrafalariamente, no paraba de reírle las ocurrencias al dicharachero Blaise.

De pronto Blaise dejó bruscamente de contar anécdotas, adoptó una actitud entre seria y melancólica, sacó un papel del bolsillo y recitó este poema:

En el vientre de mi madre (*)

“En mi primer hogar

Todo era redondo

Muy a menudo me imagino cómo podría

haber estado…

Mis pies sobre tu corazón, mamá

mis rodillas contra tu hígado

Las manos crispadas en el conducto

Que termina en tu vientre

La espalada torcida como espiral

Las orejas completas los ojos vacíos

Todo encogido tenso

La cabeza casi saliendo de tu cuerpo

Mi cráneo en tu orificio

Yo gozoso de tu salud

Del calor de tu sangre

De los abrazos de papá

Muy a menudo un híbrido fuego

Electrizaba mis tinieblas

Un golpe sobre mi cráneo

me ablandaba

Y era lanzado contra tu corazón

Entonces el gran músculo de tu vagina

se contraía duramente

Yo dolorosamente cedía

Y tú me inundabas con tu sangre

Mi frente todavía está abollada

Por los porrazos de mi padre

¿Por qué permitir que eso suceda

y quedar medio estrangulado?

Si hubiera podido abrir la boca

Te habría mordido

Si hubiera podido hablar

Habría dicho:

¡Mierda, no quiero vivir!”

La mujer rompió a llorar desconsoladamente. Pierre llamó al camarero, pagó la cuenta y se fue dando tumbos.

Blaise pidió más absenta, dejó su mirada perdida en un punto de un supuesto horizonte y eructó sonoramente.

Empezaba a hacer fresco.

(*) Poema de Blaise Cendrars

La novia mulata, Keith Moon, Haendel y un mendigo

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La novia mulata, Keith Moon, Haendel y un mendigo

Tuve hace mucho tiempo una novia mulata un tanto quisquillosa. En cierta ocasión, en el fragor de una de las batallas amorosas, llegando al momento culminante, me equivoqué y susurré el nombre de una antigua amante (a cualquiera le puede pasar, ¿no?)

Me dio un empujón y mirándome con furia a los ojos me dijo:

-¿Quién ese esa fulana?

-¿Qué fulana?

-La que acabas de nombrar embelesado, so idiota

-¿Yooooo? Pero si no he abierto la boca

-Quítate de mi vista ahora mismo, pedazo de…

Salí de la cama, bajé a la calle pero la puerta no daba a la calle, era la entrada del Infierno. Por alguna extraña razón pregunté a un tipo que andaba por allí:

-¿Has visto a Keith Moon?

-Claro, ¿y quién no? al fondo a la izquierda lo encontrarás

Efectivamente, lo encontré bebiendo vino de Burdeos en medio de un corro de gente variopinta. Me presenté y le dije que estaba haciendo una versión de un tema de The Who y lo más complicado para mí era la parte de la batería, que si podía darme algún consejo para salir airoso ya que Keith Moon solo había uno. Sonrió y me dijo que sustituyera la clásica batería por una batería de cocina con muchos cacharros y que le pegara con toda la fuerza y velocidad que pudiera, aderezando el momento con muecas irónicas, casi con desprecio en el gesto. (Se imitó a si mismo durante unos segundos para ilustrar con el ejemplo) Le di las gracias a pesar de que sabía que me estaba tomando el pelo y me despedí. Salí por la puerta del Infierno, desgreñado y sudoroso. La puerta de salida daba a una gruta que comunicaba con el fondo del océano.

Descansé sobre la cubierta de una goleta hundida. Desde la bodega de la goleta salía un extraño sonido que poco a poco identifiqué como la “Música Acuática” de Haendel, más exactamente, la segunda suite .

Tardé en descubrirlo porque debajo del agua, el sonido era muy peculiar, por mucho que fuera una “música acuática”. Antes de que aquello empezara a parecerse a una película de Walt Disney con pececitos y sirenas bailando, seguí mi camino.

Al poco rato encontré otra gruta, entré en ella y el océano desapareció. Ahora estaba en un pequeño parque de una gran ciudad. Me senté en un banco, se me acercó un mendigo y me ofreció una manzana muy verde. Le pedí que posara para mí porque me pareció que allí había una foto curiosa. Lo hizo con mucho gusto y con la mejor de sus sonrisas, aunque nadie lo diría. Desde aquella “captura”, el mendigo vive dentro de mi cámara de fotos. Para saber cómo se encuentra, de vez en cuando conecto la cámara al ordenador y descargo imágenes del mendigo, en poses que el inventa para tenerme informado de su estado de ánimo. Hasta el momento, parece que le va bien allí dentro.

Secuestrando al Cucú

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Secuestrando al Cucú

Es tiempo de Sueños Rotos

Y cromos repetidos

Que nadie nos cambia por otros

Tiempo de falsas flores

De esas que los payasos

Llevan en la solapa

Es tiempo de charlatanes

Que ofrecen frutos podridos

Con sonrisas enigmáticas

Es un tiempo muy amargo

Donde hasta los nenúfares

Se ahogan en los pantanos

Tiempo de dejar huellas

En los árboles del bosque

Para el camino de vuelta

De secuestrar al cucú

Que habita el viejo reloj

Por un tiempo indefinido

Mientras tensamos el arco

Apuntando a la diana

Sin que nos tiemble el pulso




El Premio

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EL PREMIO

Armando, tímido recalcitrante, llegó a la ciudad en su antiguo y destartalado Mercedes descapotable pero aún potable. Siguiendo las instrucciones que le habían dado se dirigió a la oficina de Correos y retiró una carta a su nombre. La carta tenía una cuartilla escrita a puño y letra por el productor de la película en la que había participado como coguionista, ayudante de iluminación, chofer de artistas etc.:

“Armando, no te hemos dicho nada de tu misión en esa ciudad porque si te lo hubiéramos dicho no hubieras querido ir. Tu misión es asistir a la gala de entrega de premios y si nuestra película es la ganadora, subir al escenario, recoger el premio y leer la nota de agradecimiento que te he puesto dentro de la carta en un sobre aparte. Por muy tímido que seas, leer unas frases no será tan terrible, ¿no te parece?”

Al tímido Armando se le puso la cara color escarlata y empezó a sudar solo de pensar que la película obtuviera un premio y se viera obligado a subir al inmenso escenario y desde allí, enfrentarse el solo a la multitud. Seguro que se equivocaría, que sudaría por todos los poros de su piel, que tropezaría al subir las escaleras y al bajar también etc.

Leyó la nota de agradecimiento en voz baja, con las manos temblorosas, como si ya estuviera en el escenario:

“Buenas noches, agradezco este premio a…

Fue al Hotel de tercera categoría que le habían reservado, se echó un rato en la cama y fumó un cigarrillo tras otro durante unas tres horas. En ese tiempo no paró de desear fervientemente, como un mantra “que no nos den ningún premio, joder” “que no nos premien, joder” “que…

Se duchó y se vistió casi sin darse cuenta, ensimismado en el pensamiento único del premio y la nota de agradecimiento.

En el teatro, hundido en su butaca, entre una vieja actriz de reparto maquilladísima y un antiguo galán que ahora solo llamaban para hacer papeles de mayordomo, rezaba y rezaba su mantra.

El locutor pronunció la primera frase: “Y la película ganadora es…

La locutora continuó… “Si crees que lo has visto todo, espera y verás” de…

Armando se puso tenso, empezó a transpirar copiosamente pero se levantó como un resorte, su carrera hasta el escenario se convirtió en una especie de maratón de 42 Km. y 125 m. Al fin llegó al pié del escenario, empezó a subir las escaleras, tropezó dos veces en los cinco escalones, besó al locutor, le dio la mano a la locutora, se puso ante el micrófono, se le nubló la vista, buscó la nota de agradecimiento en el bolsillo de la chaqueta… ¡No estaba!...se le cruzaron los cables, empezó a balbucear y a soltar frases, al parecer, inconexas unas detrás de otras durante un rato con los ojos fijos en el fondo del patio de butacas, gesticulando profusamente para darle gravedad y peso a esas frases que no sabían de donde salían. De pronto, bruscamente, se detuvo, pasaron unos segundos y el público, en pié aplaudió a rabiar durante cinco minutos. Armando salió de su “embrujamiento”, saludó, le dio la mano a la locutora y un beso al locutor, bajó las escaleras, se tropezó en el penúltimo escalón y fue a sentarse a su butaca. Allí se percató de que llevaba una estatuilla en la mano. Lentamente empezó a rumiar varias formas de asesinar al productor de la película pero se durmió en la butaca a los pocos minutos como un bendito.


Babelain E.P. Whiskey Man.Mis Fantasmas. El Faro del Fin del Mundo. Sentado en la vieja estación

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Comenzamos el año con un E.P. que contiene dos canciones y un instrumental de cosecha propia y una versión de un tema de The Who (¿?)

Para que lo bajéis y se lo regaléis a los que han sido malos malísimos, en lugar del típico carbón.

Whyskey Man (Versión del tema de The Who-Entwistle)


Mis Fantasmas (Letra y Música.- Babelain)


Mis Fantasmas

(Letra y música.- Babelain)

En esa esquina del bosque/donde se suicida el viento

La que los pájaros esquivan/donde fracasa la luna

Me encuentro con mis fantasmas/les disparo a quemarropa

Las balas les atraviesan/sin hacerles ni un rasguño

Se ríen como posesos (como posesos)

Con sus bocas desdentadas (desdentadas)

Bailan la danza sin hueso (danza sin hueso)

Son los reyes de la nada (de la nada)

Hago un fuego y meto dentro a mis fantasmas

Que pasan de repente de la risa al llanto

Con esa música de fondo/dejo el bosque y vuelvo a casa

Voy rellenando el vacío/con poemas sin palabras

En esa esquina del bosque/donde se suicida el viento

Me encuentro con mis fantasmas/les disparo sin piedad

Se ríen como posesos (como posesos)

Con sus bocas desdentadas (desdentadas)

Bailan la danza sin hueso (danza sin hueso)

Son los reyes de la nada (de la nada)

(repetir)

Hago un fuego y meto dentro a mis fantasmas

Que pasan de repente de la risa al llanto


Sentado en la vieja estación (Letra y Música.-Babelain)


SENTADO EN LA VIEJA ESTACIÓN VIENDO PASAR LOS TRENES

(Letra y música.- Babelain)

Veo pasar un tren

repleto de bailarinas

y miles de mariposas negras

Veo pasar un tren

repleto de alas de pájaro

y miles de nubes rojas ardiendo

(Estribillo)

De vez en cuando

pasa un tren casi vacío

por la estación de los sueños…de los sueños

Veo pasar un tren

Con flores casi marchitas

Y miles de grandes peces muertos

Veo pasar un tren

Repleto de vagabundos

Y miles de niños solos y tristes

(Estribillo)

Veo pasar un tren

repleto de caracolas

y miles de olas blancas del océano

Veo pasar un tren

repleto de viudas negras

y con algunos cuerpos celestes

(con música del estribillo)

Mañana iré al puerto

A ver pasar a los barcos

Desde el muelle de los sueños…de los sueños

El Faro del Fin del Mundo (Instrumental.- Babelain)


Nuevo.- Link Hotfile:

http://hotfile.com/dl/142807815/7e82ea8/Babelain_E.P._Whiskey_Man._Mis_Fantasmas.rar.html


Link Megaupload E.P.

http://www.megaupload.com/?d=02IR6M9O


El Águila

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EL AGUILA

Me desperté en medio de la noche. Los ojos como platos. Oía el silencio. La banda sonora del silencio es muy extraña; es como un canto de sirena invertido. Desde el jardín comenzó el ulular insistente de una lechuza que me transportó al sueño de nuevo. Y soñé con una visión: En una sala austera de un gran caserón, un matrimonio y sus cuatro hijos estaban cenando en una mesa de madera. Todos vestidos de negro riguroso. No hablaban, solo se oía el ruido de los cubiertos y el vino tinto que servían en los vasos ritualmente. Por un gran balcón que estaba abierto de par en par entró un águila que se posó encima de la mesa armando un gran revuelo. Una vez pasado el susto inicial, el águila comenzó a agitar sus alas con un ritmo suave. Progresivamente, los cuerpos de los comensales iban perdiendo la piel, la carne, el cabello y quedaban solo los esqueletos. Unos esqueletos completamente negros, sentados a la mesa con los cubiertos en la mano, mirando al águila.

El canto pesado y monótono de una tórtola en el olivo del jardín me trajo a la realidad. ¿Qué realidad? me preguntaba aún medio dormido. Intenté centrarme en el día: miércoles 28; el mes: diciembre; el año: 2011. El silencio había desaparecido y una amalgama de sonidos lejanos inundaba el amanecer como fideos flotando en una sopa espesa y blanca. Sin motivo aparente pensé que en aquel mismo momento alguien sediento encontraba un manantial purísimo, y simultáneamente, un viejo solitario recibía en un parque la sonrisa inocente de un niño que calmó por un rato su soledad. Salí al jardín, hacía un día soleado y frío, magnífico para ir al pueblo paseando por la playa y volver por el camino del campo.