Dulce caos
Ensamblando esqueletos de sueños absurdos
usados como sábanas atadas para escapar de la celda
se esquivan las falsas promesas y el deseo fugaz
y uno se aproxima a la pura emoción
ese estado anterior al caos último
donde ya nadie se entrega a lo superfluo
y puede que alguna puerta se abra hacia el infinito
mientras el silencio tiembla ante un acorde inaudito
6 comentarios:
Hombre, te atreviste con tu voz, y está bien.
Vaya, Paco. Viniendo de ti es un gran cumplido. Grabé la voz y vi que no quedaba mal del todo. Y ahí quedó eso. Pero no es lo mío.
Gracias.
A ver si nos vemos.
Pues sí, te ha quedado muy propio. Por otra parte ese eco que lleva la voz le da más entidad, más fondo. Queda suave y a la vez profunda.
Gracias, Rick. Un poco de rever siempre viene bien. Además estaba un pelón ronco de tanto toser (lo típico de la alergia en esta época).
Saludos.
Tres sorpresas tres. Conocer el tono de tu voz. Como dices, acompañada de rever para ensalzar ese texto tan de última luz. Las imágenes de Bela Tarr, magnífica la secuencia del carromato y de su breve viaje y, sobre todo, impresionante la música de ese Mihaly Vig del que desconozco todo. Indagaré porque me ha causado muy buena impresión.
Saludos,
Como verás, Javier, mi tono de voz no es para tirar cohetes. Prefiero que otros lean mis poemas. No sé si conoces a Bela Tarr. Si no lo conoces agárrate los machos cuando intentes ver algunas de sus películas. Conozco poca gente que aguante una de ellas de principio a fin. Hay que cambiar el chip; sobre todo el del tiempo. Y Mihaly Vig en un cantante, compositor , actor, poeta..., húngaro. Suele componer la banda sonora de las películas de Bela Tarr. Es una música repetitiva, con pocas variaciones, hipnótica. No te digo más. Tú mismo.
Gracias.
Saludos
Publicar un comentario