Écfrasis

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Veintinueve de julio

Écfrasis
Maniquíes en el jardín
con macetas por cabezas
viviendo su irrealidad
testigos de cuanto ocurre
veinticuatro horas al día
despojados de su yo
desnudos y sin deseos
ajenos a las tragedias

Inquilinos clandestinos
que no se equivocan nunca
hieráticos y distantes
ni preguntan ni responden
aguantando inclemencias
los mordiscos de la noche
el infierno al mediodía

Con el cuerpo en dos mitades
vegetal de cuello arriba
mineral de cuello abajo
monigotes de piel blanca
que a nada le buscan sentido
ni a los témpanos astrales
de las noches angustiosas
ni a un alud de pájaros
que equivocaron su rumbo

Si oyen gritos líquidos
en su demencial desnudez
como carecen de sangre
permanecen inocentes
y el paisaje se apacigua
aunque parezca siniestro

No saben lo que es llorar
y les vendría bien descubrir
que una eclosión de lágrimas
es bálsamo del firmamento
tempestad de terciopelo
y acerca el sueño a la muerte