(ver anteriores)
3ª
PARTE
(Donde
ocurrirán las cosas que tengan que ocurrir, ni más ni menos)
I
(Telesforo tenía un
contrato a media jornada en una gran librería. Trabajaba solo por
las mañanas. Se encargaba de abrir los paquetes de libros de las
distintas editoriales y distribuirlos por secciones en las
estanterías y en las horas de atención al público, era uno de los
empleados que estaban a disposición para informar y orientar al
cliente. El había solicitado la media jornada, así podría dedicar
la tarde a sus “asuntos”. Con lo que ganaba era suficiente para
subsistir mal que bien. Siempre habría tiempo, si las cosas
cambiaban, para solicitar la jornada completa. Suponía que no habría
ningún problema ya que era un empleado muy eficiente que se tomaba
su trabajo muy en serio.)
Era
lunes, Telesforo salió del trabajo al mediodía y volvía a casa
cuando al doblar una esquina se topó con Facundo que andaba un pelín
piripi.
- Hombre, Telesforo ¿Cómo te va la vida?
- Ahí andamos, Don Facundo
- Cuídame a la nena, que es la niña de mis ojos ¿eh?
- Uy, no se preocupe, la “nena” sabe cuidarse sola
- Pues eso, “que te llueva finito”
- Hasta otra, Don Facundo
Y
al despedirse, Facundo volvió a darle un toquecito a Telesforo (esta
vez en el hombro) y este sintió de nuevo una especie de chispazo.
Como Don Facundo llevaba un par de copas de más, se le fue la mano y
no acertó con el punto exacto de desplazamiento del punto de encaje.
Así que veremos en que condiciones quedó el amigo Telesforo.
Al
llegar al portal de su casa, Telesforo empezó a subir las escaleras
hacia su cuarto, pero el primer escalón, en vez de subir, bajaba, y
el segundo y el tercero…se lo tomó un poco a broma pero siguió
subiendo (digo, bajando) hasta que se encontró en el fondo de un río
con gran sorpresa y además no tenía dificultad para respirar debajo
del agua. Miró hacia arriba y siguieron las sorpresas, se vio a si
mismo andando sobre las aguas, enseñándole a los árboles una foto
de Esperanza y convenciéndoles de que cuando la vieran, agitaran sus
ramas en señal de saludo. Telesforo el de abajo sintió un poco de
vergüenza ajena del Telesforo de arriba, pero disimuló como pudo
(es raro esto de tener vergüenza “ajena” de si mismo). Una carpa
que se había cabreado mucho porque el Telesforo de arriba la había
pisado, pasó junto al Telesforo de abajo y le hizo una mueca muy
extraña al mismo tiempo que expulsaba por la boca unas pompitas de
aire, como si estuviera fumando un cigarrillo.
En
ese momento, Telesforo el de abajo recordó haber soñado hacía
poco que caminaba sobre las aguas de un río y se deshizo el
“encantamiento”. Se encontró de pronto en la puerta de su cuarto
con hambre y sueño. Así que comió lo que encontró en su
diminuta nevera y se echó un rato la siesta. Soñó con árboles
cuyas frutas eran carpas cabreadas que no paraban de culebrear
colgadas de sus ramas y que le miraban con ojos saltones, haciendo
“po” “po” “po” con la boca abierta muy redonda, como si
quisieran soltar pompitas de aire en el aire, pero no se notaba,
claro.
Había
llegado la hora de la cita con Esperanza. Se levantó de la cama, se
lavó un poco pero tuvo el cuidado de no peinarse, una promesa es una
promesa.
II
Esperanza
limpiaba en varias casas del barrio, siempre por las mañanas. Las
tardes las tenía libres aunque debía hacerse cargo de la casa
donde vivía con su abuelo Facundo (hacer la compra, cocinar,
limpiar…) Desde que había abandonado a su antiguo novio, andaba de
arriba para abajo sin ton ni son, un poco a la desesperada. Ya hacía
tiempo que no se veía con sus amigas, ya que todas se habían
tomado muy en serio a sus novios y sus relaciones con ellas se habían
distanciado últimamente. Ahora parecía que había una nueva
“esperanza” en su vida al conocer a Telesforo. Pero era de las
que no se fiaban ni un pelo de nada. Una mujer práctica y
desconfiada. Segura de si misma aunque desamparada al mismo tiempo.
Telesforo le cayó bien, pero lo había clasificado entre los
“rarillos”, y los rarillos, al principio hacen gracia, pero
luego…
La
primera casa que le tocaba limpiar cada día era la de una
catedrática de Filosofía que estaba de baja y sometida a
tratamiento psiquiátrico. Le gustaba hablar con Esperanza mientras
esta barría, fregaba o pasaba el plumero a los cientos de
cachivaches que decoraban el salón de la casa traídos de los
lugares más exóticos del planeta.
- ¿Y como se llama el zagal ese, Espe?
- ¿Zagal? Jajaja, me quedaré con la palabreja esa. Se llama Telesforo
- Menudo nombrecito. Ya podría llamarse Heráclito o Parménides o Pitágoras…
- Jo, señora, un “zagal” con ese nombre me daría miedo
- Pues son algunos nombres de los filósofos más antiguos, aunque estaban como una cabra, cada uno decía una cosa. Ninguno coincidía en cual era el origen de todo, el principio inmutable. Para algunos era el agua, para otros el fuego. Otro decía que era el aire. En fin, que desde el principio nadie se puso de acuerdo y así seguimos todavía.
- Eso es porque ustedes leen muchos libros y salen poco a la calle, ¿no?
- Pues debe ser eso. ¿Tú no lees?
- Leía novelas de misterio y esas cosas, pero ya me aburren. Leo revistas de vez en cuando.
- Pues hay libros que te hacen la vida más rica. Si quieres puedo prestarte algunos.
- ¿Y la poesía, señora? ¿Para qué sirve? Telesforo dice que escribe poesía
- Una pregunta complicada. La poesía no “sirve” para nada y sin embargo está en todos los sitios, si quieres verla. No me refiero a la escrita. Supongo que tu, cuando la sientes, la llamas de otra manera, pero es poesía al fin y al cabo
- Últimamente me siento rara, melancólica. Desde que salgo a pasear con Telesforo todo me parece distinto, el tiempo, el río, los árboles, la gente, hasta mi abuelo Facundo y eso que se ríe de mi y dice que estoy en la luna.
- Uy, tú estás enamorada, Espe.
- ¿Usted cree, señora?
- Tienes todos los síntomas. Y de un poeta, vaya por dios. Casi son más complicados que los filósofos jajajaja
- Pues bien me lo pone. Yo no me fio. Ando con pies de plomo, por lo que pueda pasar. Y usted, ¿por qué está en tratamiento psiquiátrico?
- Bueno, porque estoy más cerca de la patafísica que de la metafísica; pero esto sería largo de explica jajaja
- Pues me parece que usted no necesita un tratamiento, vamos, yo no entiendo de esto pero la veo más sana que una pera
Así
transcurrían las mañanas de Esperanza por aquellos días. Ella
quisiera que el tiempo por las mañanas pasara más rápido para que
llegara la tarde, la hora del encuentro con Telesforo que de pronto
se había convertido sin darse cuenta en el momento más importante
del día. La infeliz había caído otra vez en las redes del amor.
Continuará...
15 comentarios:
Ya solo quedan tres capitulillos. Menuda tabarra os estoy dando.
Saludosssssssssssssssssssss
Bah, es una tabarra divertida. Y por momentos, en la existencia de Telesforo, da la impresión de que el hombre anda medio metido en el mundo de Alicia, o alguno paralelo a ese: parece que el "punto de encaje" anda un poco desplazado de más. Pero es curioso.
En cambio la Espe tiene los pies bien firmes en el suelo, es de lo más práctico por muy enamorada que esté. Esa confrontación entre dos mundos tan distintos puede dar mucho juego. Ah, y me ha hecho gracia esa consideración sobre los filósofos, que me ha recordado a un profesor que tuve de joven: el tipo decía que "la historia de la Filosofía debería llamarse más bien la historia de la Opinión, porque cada uno tiene la suya". Justo lo que dice la profesora esta.
Ah, y la confrontación de las dos imágenes, lo mismo: cada uno, en su mundo.
¡jodoooooo! menudo tripi que se ha comido el Teles, bueno seguimos a la espera. Buenas noches.
Sebi
Pues el Teles debe estar en la lista negra del sindicato de carpas, que pa mi que le tienen ganas, la parte sicodélica al igual que el principio de la antigua segunda parte, siempre me evoca y no se por que al disco de Nirvana, el de la historia del Simon Simopath.
Bueno a ver como acaba todo este embrollo ¿cambiará a la Espe por una carpa macizorra?
De parte de Sebi y mia congratuleiyons a la zagala de los santos.
Jose
Pues el que iría montado en la uva sería Facundo, pero lo del bueno de Telesforo en el portal, parece sacado de una toma de ayahuasca jejeje...
Al leer esa parte, me ha venido a la cabeza la cancioncilla aquella de "escaleras parriba, escaleras pabajo" de los Herman's Hermits "Upstairs uumm, downstairs uuuumm..."
Curioso como suelen terminar los catedráticos de filosofía jejeje....
A la espera de esos próximas entregas, dear bab.
Un abrazote.
La parte esa de Don Facundo piripi al toparse con Telesforo me ha permitido hoy despejarme del cansancio que arrastro con una sonrisa. Continuamos. Abrazosssss.
Pues si, Rick, Telesforo no lo tiene muy claro por culpa de los "toquecitos" de Facundo. Y Esperanza es una chica práctica y desconfiada. Enamorados están los dos, a pesar de las diferencias.
Tu profesor de filosofía parece que tenía toda la razón; a mi al menos me lo parece.
Saludossssssssssssss
No, Sebi, ningún tripi, la culpa es de Facundo que le desplaza el punto de encaje pero no acierta con el sitio correcto. Y el pobre Telesforo alucina cada dos por tres.
Curiosa esa evocación al disco de Nirvana, Jose. Por muy macizorra que sea una carpa, no creo que la prefiera a la Espe. Bueno, eso pienso yo.
De parte de Mavi, gracias a los dos. Y de mi parte, también.
Saludossssssssssssss
Ficus, el pobre Telesforo no necesita de la ayahuasca para entrar en esos estados tan peculiares. Joder, Herman's Hermits, que ocurrencia (No milk today)
Pues ya queda menos para el final.
Saludossssssssssss
Ficus, tienes un mensaje en la web.
Saludosssssssssss
Pues me alegro, Johnny, si al menos sirve para eso el cuentecillo, me doy por satisfecho.
Saludosssssssssssssss
Buenísimos golpes Bab
Esos Telesforos de arriba y de abajo
Ese omoplato castañedil
Ese árbol de carpas no apto para vegetarianos pues
Muy bonito eso que pones en boca de la filósofa que está de psiquiátrico
"La poesía no “sirve” para nada y sin embargo está en todos los sitios, si quieres verla."
A mi me parece estupendo que Esperanza se enamore... pero lo de "caer en las redes del amor"... parece que anuncia alguna próxima trampilla...
Pues hasta la próxima... Y como siempre me quedo deleitándome con las fantásticas ilustraciones de Mavi.
Saludotes
Poeta y soñador el amigo Telesforo. Con esas experiencias alucinógenas no se como va a terminar el muchacho, menos mal que parece que no son provocadas por el ingesto de sustancias adictivas. En el aspecto amoroso, la cosa parece que va bien. Empiezo a cogerle cariño a Esperanza, parece una buena chica, aunque conociéndote, amigo babelain, ya veremos por donde van los tiros.
Sigo enganchado e impaciente.
Un saludote.
Gracias, Milena. Pues eso, la filosofía, la poesía, la filantropía, la utopía y tantas cosas terminadas en ía, cada una de su padre y de su madre y cada uno lo ve como dios le dió a entender (es un decir)
Ya sabes que yo no pongo trampas jejeje lo digo por lo de la Espe. No van por ahí los tiros. En realidad, los tiros no van por ningún sitio, solo relato un momento en las vidas de unas personas (aunque sea todo un invento-cuento-chino)
Mavi está encantada.
Saludosssssssssssssssss
Pues si, Antoni, poeta y soñador (menuda mezcla)
Ya le digo a Milena que los tiros no van por ningún lado jejeje (hemos coincidido en eso de los tiros)
Como decía Ringo, ya mismo son las cinco y llega la hora del té (o algo así)
Pronto acabará esto y nos meteremos en algún otro embrollo. No puede uno estarse quieto, lo siento.
Saludosssssssssss
Fito, uy uy uy, qué celestino me has salido jejeje. Me parece a mi que más de uno se va a llevar un chasco. Bueno, que no se diga que no he avisado y el que avisa no es traidor. Gracias por la visita.
Saludossssssssssssssss
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