En remojo
La Sra. Botella nadaba en el mar
a una prudencial distancia de la orilla. Se encontraba joven y guapa
en esa mañana de sol radiante. Llevaba agarrada con ambas manos una
pequeña plancha de corcho semejante a una bandeja de té. Pero, le
faltaba algo. No sabía exactamente qué. Súbitamente se puso a
gritar a los bañistas que retozaban en la orilla:
-Por favor, ¿podría alguien
acercarme un puñadito de arena?
Pero todo el mundo se hacía el
“longuis”. Al final, la Sra. Botella decidió acercarse ella
misma a la orilla a por la arena. Ya cerca de la orilla tuvo que
sortear varias barras de madera donde se habían insertado unos
pollos asados, a modo de futbolín gigante. Los pollos daban vueltas
sobre si mismos como tratando de golpear un balón imaginario. Esto
provocaba un incómodo oleaje.
Una vez traspasado el futbolín
avícola, la Sra. Botella se dirigió a la “Oficina de ventas
intachables”, que se encontraba junto a los típicos chiringuitos
y se presentó como “La Sra. Botella, Alcaldesa de la Villa y Corte
de Madrid”:
- Quisiera comprar un puñado
de arena
- Sra. Botella, eso sería una
venta ilegal y no puedo permitírmelo
- Y a mi que me cuenta. Vd. me
vende un puñado de arena y asunto concluido
- Mire Vd., Sra. Botella, si se pudiera vender la arena, los potentados la comprarían a espuertas y se la llevarían a sus mansiones para fabricar playas artificiales y nos quedaríamos sin playas públicas. Si quiere, cuando salga de aquí, coja un puñadito de arena de la orilla con disimulo y aquí paz y después gloria.
La Sra. Botella frunció el ceño
y salió de allí murmurando y jurando venganza, aunque, siguiendo el
consejo del empleado, cogió clandestinamente un puñadito de arena,
volvió al mar sorteando el futbolín de pollos asados y cuando llegó
a la zona de mar en calma, depositó el puñado de arena en su
plancha de corcho formando una pequeña montañita. Esta acto tan
simple le proporcionó una inmensa, extraordinaria, paz interior,
desconocida por ella hasta entonces, que solo se mitigó cuando vio
que se le estaba arrugando la piel, como a los garbanzos, por estar
tanto tiempo en remojo.
21 comentarios:
Yo me lavo las manos. No tiene ninguna moraleja ni nada por el estilo (al menos intencionadamente). Que cada cual lo interprete como quiera (si quiere)
Saludossssssssss
Desde luego, esto degenera, meter a la Botella en un escrito, aparte de espeluznante, es un claro síntoma de desvario.
Me voy a leer a Heidi a ver si me recupero.
Nos vemos en el manicomio, porque a este paso...
Saludos
Jose
Desvarío, delirio...de eso se trata jejeje. Lo voy consiguiendo. Recuerdos al abuelo de Heidi.
Saludossssssssssss
Muy fuerte Bab… no sé si reír o llorar… y tú lavándote las manos…
A ver que me sitúe… Espera que respiro...
Primero totalmente de acuerdo con la primera frase del comentario de josé kortozirkuito…
Segundo, lo mismo digo (eso de que es espeluznante…) por Mavi y el dibujo, encima la ha sacado favorecida, lo que faltaba…
Tercero, me voy a lavar las manos… y los pies… y sigo respirando...
Muy fuerte Bab… muy fuerte… lo del futbolín de pollos tiene un pase… pero lo de la botella… en fin, si yo te contase…
Saluditos-itos… lo mismo me paso luego…
Te advierto que una vez pasado el primer sobresalto…
El remojo, los garbanzos… un guiso sí que te ha salido ;D
Veamos, Milena. Esto viene de un sueño que tuve hace unos días. No recuerdo qué cené, pero se me debió indigestar lo que fuera jejeje. En el sueño aparecía la Sra. (por decir algo) Botella en el mar con un trocito de corcho en la mano. El resto es inventado. Mavi la saca hasta guapa porque ha tomado como modelo una foto de cuando era joven,
Si pasas el primer sobresalto y se acepta que todo puede convertirse en relato, pues ya se ve de otra forma. Hasta de la improbable "paz interior" de esta señora; que enseguida se le pasó, preocupada por la piel arrugada como los garbanzos en remojo.
Ya lo advertí en el último comentario del post anterior. Aquí no se puede uno dormir en los laureles. Hay que sorprender al personal jejeje
Saludossssssssssss
Pues fíjate que antes de sobresaltarme lo pensé… "esto ha podido ser un sueño"… muy fuerte Bab que sueñes con la botella… haces bien en escupirlo…
Y tienes razón, hay que tener cuidado con lo que se come...
¿Y el futbolín de pollos?
Bueeeeeno, el futbolín de pollos asados...uno empieza a escribir y nunca sabe por donde va a tirar la cosa. De todas formas, si Dalí puede pintar relojes "blandos" en sus cuadros o Buñuel colocar un burro podrido encima de un piano, ¿porqué yo no puedo poner un futbolín de pollos asados en la orilla del mar provocando oleaje? . Vamos, que no me corto un pelo comparando, eh? jejeje
Saludossssssssss
La imagen es buena-buena… el caso es que si uno se pone a pensarlo y ahora que lo dices, los asadores de pollos son como un futbolín en vertical… la genialidad está en que a nadie se le hubiese ocurrido antes… Es de viñeta totalmente la historia…
Haces bien en no cortarte un pelo, yo me lo corto bastante, para nada tengo tu arrojo, más quisiera…
Y lo del puñadito de arena, también tiene su miga...
Me ha hecho gracia esa comparación de los pollos ensartados con la barra de un futbolín: tiene su lógica.
Por lo demás, me alegro de que la señora Botella haya descubierto el sano placer de la incorección robando ese puñado de arena: para ese tipo de gente, que solo sabe robar a lo grande (o sea, que los robos alcanzan la categoría de inocentes "desfases contables"), sería una buena práctica.
Gracias, Milena. Escribiendo, al menos, y de vez en cuando, procuro no cortarme un pelo.
Rick, para que veas, hasta en los desvaríos aparece una cierta lógica. Me refiero al futbolín de pollos.
Y si, últimamente hay demasiados casos de "desfases contables". O al menos, salen más a la luz.
Saludossssssssssssssss
Relaxing bottle of sand in mayor beach jejeje...
Soñar con tremebundo personaje, podría calificarse como pesadilla.
Ya habías avisao sobre un próximo relato acerca de una botella y jamás hubiese imaginado el desenlace jejeje...
Como buen enamorao de la época 67-69 que soy, me gustan este tipo de relatos impredecibles y surrealistas.
Como Barrett, que dijo que Arnold Layne tenía un extraño hobbit que coleccionaba ropa... y tal y tal, jejeje...
Me ha gustao.
Un abrazote.
No llegó a pesadilla, Ficus, solo fue una imagen de la Botella en el mar que luego aproveché para sacarle un poco de jugo. Y si, ya había avisado. El que avisa no es traidor. Syd Barret, palabras mayores. El problema es que después se le fue la olla.
Gracias.
Saludossssssssssssssss
Desvarío, yo diría pesadilla, gran Bab. La Bottle es una pesadilla como muchos de sus amiguitos. Pero la peor pesadilla, la cosa más absurda o la más odiada pueden dar para un buen relato como el tuyo. Abrazosssss.
En vivo y en directo, la Botella debe ser un tormento, un esperpento. Pero lo mío fue light. No tuvo efectos secundarios; solo este relatillo.
Gracias, Johnny.
Saludossssssssssss
Sólo puedo pensar que esto lo has soñado después de quedarte dormido en el sofá, viendo la última edición del telediario. No se por donde pillarlo, es como una pesadilla. La Botella intentado comprar cien gramos de arena, después de sortear un ristre de pollos trinchados en palos giratorios que provocan oleaje...
AAAHHH!!, Que Horror!!
Saludotes.
Es que no hay por donde pillarlo, Antoni jejejeje. Me alegra que te provoque horror.
Voy a poner otro relatillo ahora mismo.
Saludosssssssssss
Pues parece ser que no para todos igual, Fito. Ni el sol ni otro montón de cosas más. Pronto se inventarán un impuesto por respirar. Si no, al tiempo.
Saludossssssssssssss
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