Habíamos preparado el viaje con mucho cariño. Los dos necesitábamos desconectar y nada mejor para eso que un viaje a un país desconocido e inquietante. El trayecto en barco resultó agradable; día y medio de relax tumbados en la hamaca en cubierta, observando el mar, leyendo, charlando, tomando aperitivos en el bar etc.
Llegamos a nuestro destino casi al medio día. Una retahíla de chiquillos nos llevaron los bártulos del barco al hotel buscando una propina. Allí iban ellos gritando y sonrientes con el caballete, las pinturas, la guitarra, las maletas.
Una vez instalados en la habitación desde la que se veía por una ventana el mar y por la otra el desierto, bajamos al restaurante. Nos sentamos a la mesa y vemos que de pronto oscurece fuera y las luces de la sala se encienden. En lugar de la comida, nos ofrecen el menú de la cena. Miramos por la ventana y no es que esté nublado o haya un eclipse, es que han salido las estrellas y una luna menguante aparece desde detrás de unas dunas. Mi mujer y yo nos miramos sin entender nada. Preguntamos al camarero por este extraño suceso, -oiga, por favor, ¿Qué ha pasado con “la tarde”?, - el camarero ponía cara de no saber de lo que estábamos hablando. Le repetimos la palabra “tarde” en seis o siete idiomas, incluido algún dialecto del continente donde nos encontrábamos. Pero no entendía de lo que hablábamos.
Resignados a medias, pedimos la cena, que consistió en una insípida vichyssoise y unos huevos revueltos con setas que resultaron magníficos. Dimos un paseo en silencio por las dunas del desierto, aún perplejos con la pérdida irremediable de una tarde completa. Por fin nos decidimos a hablar del tema:
¡no es posible que nos usurpen la siesta, la hora del delicioso té, el paseo vespertino, y esas ideas que surgirían sin duda para convertirse luego en poemas, dibujos, canciones….en esas horas mágicas en las que la luz va menguando poco a poco hasta ser vencida por la oscuridad de la noche!
Nos fuimos a dormir al hotel. A la mañana siguiente recogimos nuestro equipaje y nos plantamos en el puerto a esperar la salida del primer barco que nos llevara de nuevo a casa. La próxima vez nos informaremos mejor de las “curiosidades” que nos podemos encontrar en el lugar elegido para desconectar de nuestra “rutinaria” vida.
9 comentarios:
Es curioso que si uno percibe la desaparición de parte del día, le queda como un vacío que llena solo con el olvido irremediable. Bonita narración.
Èl destino del viaje, Bab, me temo que estaba en el planeta que El Principito descartó como destino: ¡¡¡quién aguanta sin un par de atardeceres diarios!!!
Y el que pretenda "desconectar" por el mero hecho de cambiar el decorado, lo lleva claro ¡la "rutina" y el muermo están muy cerca de uno mismo: se llevan dentro!
Lindo, muy bonito el relato, Bab. Agradecido por poderte leer.
Gracias Knos y Napi. Se me olvidó decir que he tenido la suerte de poder contar otra vez con la ilustración de Mavi. Ya hay otro relato escrito y pasado a la mesa de la "ilustradora". Será presentado pronto en esta sala. Que no pare la cosa. ¡La vida es muy corta!
Hola
Esta narración tuya, es un ejemplo muy claro para pensar y definir el concepto del valor.
Esas pequeñas o grandes cosas que valoramos tanto en la vida cotidiana. Pero que tienen mucho fundamento y tú, has sabido rescatarlas
de una manera especial.
Muy bonito Bab...y la imagen, habla por si misma, preciosa
Jazzy
un kilo de saludos
El Tiempo y las Mecánicas Clásica y Cuántica: Indeterminación vs. Discontinuidad.
Artículo publicado en la edición de agosto de la revista Foundations of Physics Letters.
"Una nueva teoría física, elaborada por un estudiante universitario de Nueva Zelanda que ha sido comparado con Albert Einstein, propone revisar la forma en que pensamos sobre el tiempo y el espacio porque considera que los cuerpos no pueden tener una posición relativa determinada, ya que, si la tuvieran, no podrían estar en movimiento permanente. Asegura que la flecha del tiempo no existe y que los procesos cerebrales asociados a la conciencia son los que fijan para nuestra percepción los cuerpos en el espacio y en el tiempo". Por Brooke Jones.
"La flecha del tiempo no existe" (creo que esa frase la tenemos medio asimilada los que vivimos "tiempos de cambio" allá por los 60, no Timm?. Y eso de "los procesos cerebrales asociados a la conciencia son los que fijan para nuestra percepción los cuerpos en el espacio y en el tiempo" puede que sea cierto, no lo se, mi conciencia va por otros derroteros jajaja. Muy bueno el detalle, Timm.
Jazzy, ya eres una habitual por aquí y eso es un placer para mi. Gracias por vuestras visitas y comentarios. Eso siempre da ánimos para seguir poniendo cosillas; además sacando tiempo donde no lo hay, que sigo vuestros "posteos" de discos en El Cielo y el Dedo del colega Napi. Saludos.
Joe, es verdad, Bab. Sólo hemos mencionado tu relato y la ilustración es otra maravilla, "Mavillosa".
Esta parece ir con acuarela y rotu; me es igual la técnica usada, es una preciosidad luminosa de las de Mavi. A M-Jose le gustó mucho, no se si lo dijo.
Gracias Mavi, se te da de perlas!!!
Hola a todos, por fin saco un poco de tiempo.
Excelente relato bab, al igual que la ilustración de Mavi.
veo que no paráis de crear y crear, muy bien.
Hasta pronto
Gracias Cosco por buscar un hueco para visitar mi blog; se que estás liado con el curro y con la web. Saludosssssssssss.
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