Alguien tenía que hacerlo.

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Portada: Eduardo Arroyo. Felíz quien, como Ulises...

Poema: Alguien tenía que hacerlo (Babelain). En la voz de Mavi.


Alguien tenía que hacerlo.

El mismo poema, pero esta vez con música compuesta para la ocasión y con la voz del traductor de google debidamente manipulada. Las fotos están tomadas en el Museo Pompidou de Málaga.



Alguien tenía que hacerlo (Babelain)


Bajo un sonoro silencio

la luna sobreactuaba

aliviando el peso de la oscuridad

(alguien tenía que hacerlo) 

Los pájaros, enmudecidos

mostraban su lado oscuro

Sus ojos lo decían todo

La luna seguía en sus trece

parsimoniosa y falsa 

Se intuía el preludio de algo:

¿una improbable reunión de espejos?

¿jirafas invadiendo Japón?

¿lágrimas de campanas trastornadas?

¿ciempiés con las uñas pintadas?

¿eclipse de mariposas?

 

Pero ya era demasiado tarde

el sol, implacable y sereno

salía triunfante por el horizonte

y todo volvía a su cauce

 


Babelain. Ya no creo en los espejos. Rescatadas II

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Recuperamos esta canción, del CD de Babelain “Western Tibetano” de 2013, para incluirla en el CD Rescatadas II próximamente disponible en este blog.


 

YA NO CREO EN LOS ESPEJOS

(Letra y música. - Babelain)

Sueña despierto el espejo

Si piensa que voy a creerme

Que lo que ahora me devuelve

Me lo va a devolver siempre

 

Ya no creo en los espejos

Te imponen sus condiciones

Con sus imágenes planas

De tan solo dos dimensiones

 

Hay espejos irrompibles

Iluminados por la luna

No reflejan los colores

Solo traen mala fortuna

 

Hay espejos que confunden

La atmósfera con el vacío

Y cuando quieren darse cuenta

No sienten ni calor ni frío

 

Ya no creo en los espejos

Te imponen sus condiciones

Con sus imágenes planas

De tan solo dos dimensiones

 

En un carnaval de espejos

Encontré a uno disfrazado

De ventana que da al mar

Con vistas a un acantilado

 

Ya no creo en los espejos

Te imponen sus condiciones

Con sus imágenes planas

De tan solo dos dimensiones

 

Hay espejos que confunden

La hermosura con la muerte

Tiran los dados al aire

Y que decida la suerte