CD nº 21 de
Babelain. Ha costado un poco terminarlo ya que he estado un pelín disperso
últimamente. La presentación corre a cargo de nuestro amigo Rick https://eltugurioderick.blogspot.com/
Tengo que decir que es un lujo asiático contar con su colaboración
desinteresada. No hay jamón de pata negra por medio ni nada de eso. Solo que él
es así de generoso. Os dejo con Rick:
BABELAIN:
Autorretratos inacabados
El músico
generalmente conocido como Babelain ( ya que de vez en cuando se presenta bajo
algún otro heterónimo) nos presenta esta colección de canciones con un título,
"Autorretratos inacabados", del que al menos el sustantivo me parece
muy apropiado: Bab tiene unos gustos amplios, muy variados, y este grupo de
canciones refleja con fidelidad esa amplitud. No hay un estilo determinado, por
lo tanto resulta imposible encasillarlo. Luego ya que esas piezas estén más o
menos "inacabadas" es otro asunto, aunque a mí me valen como las ha
dejado. Además no creo yo que estén tan inacabadas, conociendo su gusto por las
cosas bien hechas: solo con ver las portadas, tanto del disco definitivo como
de los singles que componen esta colección, con esos motivos, esos colores, ese
trabajo que han debido de darle, ya se hace uno la idea sobre el tipo que las
ha creado. Ah, y este es el disco 21 de su trayectoria más o menos
"oficial", así que queda claro que su vocación no es cosa de dos
días; de hecho le llevó un tiempo rematarlo por su frecuente implicación en
músicas alternativas bajo otros heterónimos. Vamos, que lo suyo es un no parar.
El disco se
abre con una breve "Introducción", un panorama de sonidos brumosos sobre
cuyos efluvios entre psicodélicos y surrealistas aletea una voz infantil, un
nieto del artista, otra futura estrella de la familia y que aún escucharemos en
algún otro momento. Tras ella viene la canción que da título al conjunto, es
decir...
Autorretratos
inacabados: Aquí la batería marca un
ritmo pausado, lentificado casi, apoyando un aura nostálgico que refuerzan los
ecos y esa voz de Bab que a veces recuerda a Germán Coppini en su buena época
con Golpes Bajos. La letra le añade un punto decadente, un tanto desolado, que
densifica el conjunto sobre el que se desplazan esas lánguidas ráfagas de
cuerdas que son marca de la casa.
Conspiración
extravagante: Es curioso cómo pueden cambiar las visiones sobre una misma
canción con el paso del tiempo. Porque cuando la escuché por primera vez, hace
ya unos años, me pareció claramente ochentera, es decir, casi posmoderna; y
ahora creo reconocer alguna influencia dylaniana en su estructura, incluso en
la voz de Bab (con armónica y todo). Y sobre el fondo etéreo de los teclados,
esos juegos de guitarras le dan un tono cercano a la tristeza ensoñadora.
Hace frío:
Esta era la pareja de la anterior en el single original, y en cierto modo hay
similitudes. El ambiente general anda cerca del folk rock de cantautor, o eso
me parece a mí, a pesar de que el sonido está muy actualizado con respecto al
estándar. La letra es otro de los ganchos de esta canción, porque evoca una
época y un personaje cuyas sombras son muy alargadas todavía; aunque el tono
irónico que se percibe por momentos rebaja la "tensión", por decirlo
así.
Añoranza:
Tanto la melodía como el ritmo y los juegos de guitarras recuerdan a la escuela
yanki, entre country y blues. Pero llama la atención esa levísima presencia con
dos o tres notas, muy de vez en cuando, que tienen los teclados a los que luego
apoya una pandereta también muy "recatada". Eso se llama dominar los
arreglos, una cualidad que no todos los músicos poseen y que aquí realzan esa
letra tan de cuento de hadas.
El blues del
ukelele: Sí, es un blues casi de libro; y no es el estilo más frecuente en Bab,
pero él se luce tanto en la digitación como en la escala que desarrollan las
cuerdas de ese ukelele, entre dulces y vaporosas. Es un instrumento muy poco
utilizado en Europa, quizá porque lo vemos demasiado yanki, pero si se le
buscan las cosquillas da mucho juego. Tiene gracia la letra, contraponiendo el
panorama bucólico de la Naturaleza con la animación etílica humana... También
muy de blues, ese contraste.
No hemos
vuelto a saber nada de vosotros: Se trata de una pieza instrumental que
comienza en un ambiente rumoroso y en el que predominan los cruces de guitarras
con juego de pedales, aunque gracias a la base rítmica el conjunto muestra un
vago aire funky, muy dinámico. Está dedicada a Vikingo y Ficus, dos blogueros
de la primera época, amigos de Bab, que se dieron de baja en este medio hace ya
mucho, como ha pasado con gran parte de aquella gente. Lástima.
Maquillaje:
Esta canción es una de mis preferidas en la obra de Bab. Ya la letra tiene un
encanto particular que se ve reforzado por el estilo, entre folk y pop, que
hacen de ella una pieza luminosa. Los juegos de cuerdas están muy bien
trabajados y son originales al mismo tiempo, creando esa línea melódica tan
brillante, cautivadora, que podría hacer de ella un verdadero éxito de ventas
tanto en la década de los 60 como ahora, con el auge del pop melódico que
parece volver.
Música de
humo: En un principio esta era la pareja
de single junto a "Maquillaje", pero no cabe duda de que su espíritu
es muy lejano: aquí hay un tono general de nostalgia incluso en la letra, esa
nostalgia elegante que podría recordar a algunos grupos de los años 80 como La
Mode, por ejemplo. Sin embargo los arreglos son muy sofisticados y resaltan el
protagonismo de todos los instrumentos, cosa que no era muy frecuente en
aquella época.
La niña del
columpio: Si solo nos fijamos en la melodía, esta es una escala más o menos
frecuente en el mundo de la balada pop, y de nuevo el conjunto suena con ese
aire melancólico que se le da tan bien a Bab. Pero una vez más se demuestra la
importancia de los arreglos, que por desgracia se cuidan tan poco en esta época
minimalista que vivimos: el estribillo se engrandece con el sonido de la percusión,
que le da un aire casi heroico, y la voz con eco redondea esa impresión.
Sigilosamente:
la base rítmica elabora una escala cercana al swing que nos transporta a otros
tiempos, aunque ahora le llamarían jazz pop. Y la voz de Mavi da mucho juego
para este tipo de músicas porque tiene un calidez casi familiar, de ambiente
hogareño. El lucimiento posterior de las cuerdas y finalmente de los teclados a
la antigua usanza redondean esa imagen; se echa de menos un mayor protagonismo
de esos teclados, precisamente. Tal vez en una próxima versión...
Ese
sueño: Sorprende la entrada a cargo de
un teclado ochentero, sintético; es un préstamo del hijo mayor de Bab, que con
unas breves notas crea un ambiente casi "atmosférico" para dar
entrada a la voz y las cuerdas, protagonistas de esta canción. La voz entona
una letra muy poética, y las cuerdas
mantienen el "suspense" con notas prolongadas. Los arreglos
realzan los sonidos envolventes que vienen de varias fuentes, rematando en esa
voz infantil propia de ambientes somnolientos.
Solo faltaba
eso: Buen título para despedirse. Y aunque su duración es corta, probablemente
para indicar un espíritu de cierre en la medida en que "Introducción"
fue la apertura, este instrumental tiene tres de las cualidades que a mí más me
gustan en este tipo de composiciones: es eléctrico, rítmico y brumoso. La bruma
era también un componente principal en la soñadora introducción, y por lo demás
aquí tenemos su antítesis perfecta; juntas forman una especie de ying y yang
que sirve de magnífico envoltorio a las demás canciones de esta colección.
Queremos más....
Aquí está el link incluyendo portadas del CD y de los singles:
https://mega.nz/#!Nt0iiIQL!LVziUfwmXqUR3pJKjjs4T72M4DRzmPBzqCvuPofm0WE