No estamos seguros II (El semáforo)

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No Estamos seguros (Bueno, ya si)

(II)
El semáforo

Definitivamente, somos tres. Aunque esta vez hemos adoptado un aspecto un tanto peculiar. Somos de cristal transparente, ligeramente flexible, para permitir el movimiento, pero de cristal al fin y al cabo.

Vamos desnudos. Solo calzamos una sandalias de cuero para amortizar los pasos y que no se nos quiebren los pies. Además, para rematar, nuestros cabellos son de hierba de un color verde oscuro. Es raro, si, pero tiene que ser así. Inevitablemente.

Caminamos en fila india por la ciudad. No hay mucha gente, es temprano. De vez en cuando “hablamos” entre nosotros. El sonido de nuestras voces es algo así como el del viento saliendo rebotado por las paredes de un laberinto de cristales y espejos. Una vez en el exterior, se apacigua un poco y se expande en extrañas ondas que solo entendemos nosotros. Es lo que hay, lo siento.

En una acera muy amplia vemos a un hombre sentado en un cómodo sillón de orejas. Lee un libro de Samuel Beckett (¿Final de partida?... ¿Malone muere?...) No podemos distinguir el título. Tampoco importa mucho. Tiene a una mujer sentada en sus rodillas, con la cabeza apoyada en su hombro y le rodea el cuello con sus brazos. Parece dormida. El hombre, al vernos pasar desfilando delante de él, le da unas cariñosas palmaditas en el muslo para que despierte y contemple la extraña escena. La mujer hace un gesto con la boca como para decir “ohhhhh”, pero se queda con la boca abierta, en silencio.

Siguiendo nuestro camino nos topamos con un semáforo en rojo para los peatones. Hacemos como que somos peatones y nos colocamos hombro con hombro, esperando la luz verde. Dejamos la fila india para luego. Pasa un autobús cargado de gente que va al trabajo (o vuelve). Los que no van dormidos, se pegan a los cristales y abren desmesuradamente su bocas en señal de asombro. Nosotros tenemos algunas peculiaridades. Entre ellas, está la de poder distinguir de un simple vistazo los “méritos” y “bondades” de las personas. Las taras, vicios y defectos varios, no podemos apreciarlos así a la primera. Necesitamos más tiempo. Diez minutos, once, quizá. Pero por descarte o intuición, nos hacemos una idea global. Y en ese autobús, la balanza se decantaba por méritos, bondades y buenas intenciones, más que por vicios, desviaciones y defectos. No es lo normal. Pero no estamos aquí para valorar estos asuntos. ¡Lo que nos faltaba!

Cruzamos por fin a la otra acera. Allí hace fresco y empieza a oscurecer. Alguien está manejando unas poleas gigantescas para cambiar el “escenario”. Nosotros tendemos a desaparecer. Casi no estamos ya, pero alcanzamos a vislumbrar algo del nuevo escenario:

Nieva copiosamente. Manto de nieve, vamos. Apenas se distingue el nuevo paisaje. Un relinche largo y tristísimo de un burro solitario atraviesa el manto de nieve y luego todo queda en silencio...


No estamos seguros I (La estrella)

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No estamos seguros.
(I)
La estrella

No estamos seguros de nada. En principio, estamos sentados en este sofá, pero, ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? ¿y quiénes son estos prendas que nos rodean?

¿Y “nosotros”? ¿Quiénes somos nosotros? ¿Qué pinta tenemos? ¿Qué pretendemos? ¿Por qué en plural? Creo que somos tres... o más, incluso. Pero es solo una suposición sin fundamento.

El sofá no es que sea muy cómodo, pero al menos estamos sentados; hundidos entre sus muelles, pero sentados. Aprovechemos la oportunidad. Algo es algo. Hay demasiado ruido en este habitáculo inhóspito. ¿Inhóspito? ¿Por qué?. Bueno, no es que parezca un lugar “decadente”, eso sería ya algo, aquí nunca ha habido armonía, todo parece desvaído, triste, frío, descolorido, sin contornos definidos y ni rastro de las mínimas comodidades y...¿qué pasa con estos que nos rodean? ¿Qué pretenden? ¿Por qué están aquí, rodeándonos por todas partes, tan... no sé...tan insoportablemente presentes?

La luz es tenue, menos mal. Pero huele a tierra mojada después de un incendio recién sofocado. Es desagradable. Nosotros estamos en silencio. Observándolo todo, a ver si hay algún resquicio por donde evadirnos del tinglado. “Nosotros” hemos llegado a formar un buen equipo, y eso casi sin hablar, sin consignas, con cuatro miraditas y un par de guiños. Somos fantásticos. Bueno, no tanto. Pero comparándonos con “ellos”...

Me estoy cansando de tanto pensar. Hay que dejar de pensar. Habrá que preocuparse por buscar algo de comida. Parece que dejan de observarnos. Son como zombis. En cualquier momento puede ocurrir cualquier cosa... no sé... presiento algo bastante desagradable para nosotros.

¿Y si intentamos levantarnos, caminar despacio y largarnos de aquí? ¿Hacer como que eso es posible? Puede que exista esa posibilidad y nosotros estemos aquí haciendo el gilipollas. Solo faltaría eso. Aunque me da a mi que no. No sé si los demás (el resto de “nosotros”) pensará lo mismo que yo. Creo que han dejado de pensar desde hace un buen rato. Es mejor así. Ya pasará algo, o aparecerá alguna señal que nos indique cual es el siguiente paso. ¿Hay siguiente paso?

Empieza a hacer calor. ¡Mirad, por la ventana se ve una estrella! Es demasiado luminosa ¿estará ya muerta?


Bab El Ain Single. El Tren de las Ilusiones. Tienes que recordarme que te recuerde.

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Volvemos de nuevo como Bab El Ain. Bueno, nunca nos hemos ido del todo.


Cara 1.- El Tren de las Ilusiones.- (Letra y música.- Babelain)


Buscando un sonido a tren y con un guiño al exceso consumista, a pesar de la crisis.




El Tren de las Ilusiones
(Letra y música.- Babelain)

Aquí viene el tren de las ilusiones
trae de todo para regalar

Corre a la estación con tus pasiones
y coge lo que puedas atrapar

No lo dejes escapar
uh uh

La estación está hasta los topes
la gente no para de pelear

Todos quieren algo sin dar nada a cambio
todos se han dejado ilusionar

No lo dejes escapar
uh uh


Quiero un Ferrari
una amante rusa
y un jamón.

Quiero un barco de vela
con la nevera llena
y tripulación.


Se ha marchado el tren de las ilusiones
Es posible que no vuelva a pasar

La avaricia rompe siempre el saco
deja algo para los demás

Lo has dejado escapar
uh uh


Quiero una cuenta en Suiza
bodega en California
y un jamón

Ya no queda nada
se lo han llevado todo
que sofocón




Cara 2.- Tienes que recordarme que te recuerde (Letra y música.- Babelain)



Con un poco más de enjundia que la anterior. La historia de un desamor en cuatro versos. Aunque se suaviza al final.




Tienes que recordarme...
(Letra y música.- Babelain)

Cuando te vea de nuevo
y finja no recordarte
no te olvides recordarme
que ya no quiero ni verte

Yo me mostraré impasible
acercándome al absurdo
de no haberte visto antes
aunque parezca increíble

Tengo que recordarte que me recuerdes
que no todo el monte era “orgasmo”

Tienes que recordarme que te recuerde
que “lo nuestro” era solo un sarcasmo

Cuando me veas de nuevo
y finjas no haberme visto
sigue por tu camino
seguro que no es el mío

Yo me mostraré elegante
mirando hacia otro lado
como si no hubieras sido
mi más tenaz contrincante

Tengo que recordarte que me recuerdes
que no todo el monte era infierno

Tienes que recordarme que te recuerde
que “lo nuestro” casi era eterno.




Link Single y portadas



http://www.mediafire.com/download/4lilg491e2u3o9s/Bab_El_Ain_Single._Tienes_que_recordarme_que_te_recuerde._El_Tren_de_las_Ilusiones.rar



Estoy hasta el gorro.

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Estoy hasta el gorro


Estoy hasta el gorro de esta travesía.

-¿Quedará mucho para el final?
-No sé -contesta mi sombra-
-A ti no te preguntaba, imbécil; pensaba en voz alta.

En fin, con este calor insoportable no se me ocurre nada para pasar el mal trago con dignidad. Debo estar cerca ya, pero no huele como yo imaginaba que olería cuando el final estuviera cerca. Puede que sea por la humedad, hace un calor húmedo, del peor. La ropa pegada al cuerpo, y estoy tan cansado que he optado por reptar por el suelo, como una serpiente. Las piernas no dan más de sí. La ropa es un amasijo de sudor y polvo. No distingo nada más allá de unos metros. Por no ver, no veo ni espejismos. Debería llover. No estaría nada mal que lloviera a cántaros. Este silencio tan blanco me gusta. Es lo único que me ayuda en esta travesía hacia...qué se yo. Pero hay que seguir. No hay más remedio. Aunque si lloviera...
Suena cómo si una serpiente de cascabel anduviera cerca. Nunca antes había oído ese sonido, aunque estoy seguro de que es una de esas... lo que faltaba, joder. Y ahora voy y me pongo a temblar de miedo. No puedo controlar el temblor. El sonido de la cola de la serpiente es más nítido. Me quedo inmóvil. Absolutamente inmóvil.

He debido de dormirme entre el miedo y el cansancio. Me despiertan unas gotas de lluvia sobre mi espalda. Poco a poco llueve con más fuerza. Coño, esto va en serio. Logro ponerme en pié con dificultad. Aprovecharé esta ducha inesperada. Me quito la ropa. Dejo que el agua arrastre todo el sudor y el polvo de mi cuerpo. Pienso en la serpiente, pero no la veo ni la oigo. La lluvia ha debido de desanimarla y se habrá ido a su refugio. Cuando deje de llover, estrujaré mi ropa y la pondré a secar, si es que sale el sol antes de que llegue la noche. De noche hace frío aquí. Un frío de cojones.

He comido unos escarabajos y un par de saltamontes. No he encontrado bayas ni hierbas ni hostias. Además, podrían ser venenosas. Un gin tonic, joder, lo bien que me sentaría un gin tonic con mucha ginebra, poca tónica y mucho hielo. Me empieza a funcionar la imaginación de nuevo. No sé que será peor. Ya escampa. Se han formado grandes charcos y he podido beber a discreción. Ahora tengo que buscar un lugar donde poder echarme a dormir, resguardado del frío. Pienso en voz alta todo el rato. Que hablo solo, vamos; creo que para no volverme loco del todo, porque algo pirado si que estoy ya.

Parece que se oye un motor. ¿De un generador? ¿Un helicóptero? ¿Un camión?... El silencio se ha convertido en un ronroneo esperanzador. Oye, pues allá... a lo lejos... parecen chozas entre unos arbustos. ¿Será posible? Aunque el ronroneo se apaga, vuelve el silencio blanco. Solo se oye el sssssssss de mi cuerpo reptando por el suelo. Debe ser “otro” espejismo. Sí, lo confieso, hace unos días, no sabría precisar cuantos, el calor, el cansancio y el paisaje me engañaron de mala manera también. No es esta la primera vez. Mierda de espejismos. Creía que esta vez...

-¿Faltará mucho todavía? -Me pregunto a gritos, por pasar el tiempo, más que nada
-¿No estaremos andando en círculo como unos gilipollas? -contesta mi sombra-- -
-Gilipollas lo serás tú, ¿quien te ha dado vela en este entierro? -¿Pues no se mete siempre donde no la llaman, la subnormal de mierda? Si pudiera, me la arrancaba, no te jode-

Ese pájaro que sobrevuela allá en lo alto parece un buitre. Será cabrón. Pues lo tiene claro si piensa que soy su próxima cena. Pero no, era una nubecilla con forma de pajarraco. Así, de pronto, a lo tonto y sin avisar, me viene a la memoria la melodía de Waterloo Sunset, pero no la voy a cantar, no, tengo la garganta reseca... bueno, al final no me puedo resistir y me pongo a cantar a voz en grito y desafinando como un cosaco en medio del sepulcral silencio:


Dirty old river, must you keep rolling
Flowing into the night
People so busy, makes me feel dizzy
Taxi light shines so bright
But I don't need no friends
As long as I gaze on Waterloo sunset
I am in paradise ...

The Third Mind - Here I Am

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The Third Mind

Grupo de música experimental de la década de los 70 con sede en Cinccinati (Ohio).
Toman el nombre de un libro de William Burroughs y Brion Gysin, de relatos cortos escritos con la técnica del cut up que incluye entrevista con W. B.

La nacionalidad de sus componentes es muy variada:

Marcus: (Austro-Húngaro).- Instrumentos de cuerda. Manipulación de magnetofón de carrete abierto. Composición.
Víctor.- (Croata).- Percusiones. Voces. Teclados. Grabaciones de campo.
Mick A.- (Norteamericano, de padre gallego y madre chilena).- Bajo. Voces. Diseñador de portadas.
Pierre B.- Vasco-Francés. Teclados. Percusión. Instrumentos de viento. Filósofo oficial.

Su música es inclasificable, aunque la metan en el cajón de “Experimental Lo Fi”, ya que así, los críticos no se calientan la cabeza y en ese saco cabe de todo.

Marcus es seguidor de La Monte Young, Giacinto Maria Scelsi y de algunos músicos callejeros negros de blues.
Víctor se pirra por la música balcánica, Ornette Coleman y, aunque parezca extraño, la música gnawa.
Mick A es fan acérrimo de The Monkees (que si, que si) de The Incredible String Band y de Ron Carter.
Pierre B.- Adora a John Cage, Eric Satie, The Rolling Stones, Fluxus y Gong.

Eran bastante raritos.


El tema que presentamos lleva por título:

“Here I Am” y subtitulada “The Emptiness is very full…still” (Algo así como: El Vacío está muy lleno…aún). Composición firmada por Marcus.

En este tema se mezclan pistas diversas: En una, Paul Bowles recita su poema Here I Am; por otra pista va sonando en distintos momentos el sonido ambiente de la Plaza Jemaa El Fna que recogió el propio Bowles en Marraquesh. Eso se mezcla con varias pistas de la grabación experimental que el grupo realizó, estando de vacaciones, a mediados de los 70 en una casa comunal en un pueblecito de la Costa del Sol. Como curiosidad, en esos días, coincidieron en esa casa con dos canadienses que allí mismo crearon un juego, que luego, con el tiempo, se convertiría en el famoso Trivial Pursit.

Para la grabación se utilizó un magnetofón de carrete abierto Philips Multiplay. Las pistas no eran independientes, se iban acumulando y mientras más pistas, peor calidad de sonido. Pero era lo que había disponible en ese momento.
Se utilizaron flautas diversas, guitarras acústicas percutidas, bajo tocado con arco, címbalos y percusiones variadas invirtiendo algunas pistas, cambiando la velocidad en otras y utilizando un eco bastante primitivo que venía incorporado en el mismo magnetofón.

Esta es una grabación de las llamadas “de culto” (la conocen menos de 50 personas y algunos animales privilegiados)



Y para terminar, comentar que “Here I Am” corresponde a la cara B de un Mini L.P. editado por un sello local de Cincinatti en 1976 (Shiva Recods). La cara A no está disponible, al parecer, alguien la utilizó de cenicero y apagó un puro (o algo parecido) en sus surcos. Su título era: “Never, never, never ... perhaps” (Jamás, jamás, jamás…quizás)
No se ha podido encontrar otro ejemplar original hasta la fecha, para poder recuperar la cara A, aunque no se pierde la esperanza.


HERE I AM (Paul Bowles)

When I am here I shall not mind
I shall merely murmur:
If no one comes and sees me here it will be all right

Here it is hard to believe that anything is free
Come let us lapse into freedom
Let all these things become less than dust
Let me not think at all ever
Let these things come close together
Let everything be slow and soft
Let the wind blow over the roof at noon
Let everything be soft here because there is no dust
Let anything except what is coming come
That is the way I always have felt

Link.



Marcus en un chiringuito de la costa a principios de los años 70