Las Vírgenes Vampiras

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(III)

LAS VÍRGENES VAMPIRAS

Lo de “…y yo había empezado a “salir” de nuevo con Lola, mi primera “novia”, fue un espejismo. No recuerdo bien como terminó. Lola, al volver del colegio interno, me llamó desde una cabina de teléfonos, bueno, fue una amiga suya la que habló. Quería que quedásemos en el puerto y dar una vuelta. Fui a la cita pero aparte de la sensación de no saber qué hacer ni que decir después de tanto tiempo, no recuerdo nada más.

Llegó el verano. Una mañana apareció por la playa mi amigo Pedro con una niña rubia muy mona, me la presentó, se llamaba Monique, era suiza. Charlamos un rato en la arena y de pronto Pedro nos dejó solos a los dos. Monique era más tímida que yo aún y la situación fue bastante embarazosa. Por decir algo le comenté que estaba jugando un torneo de tenis y tenía partido esa misma tarde, que si quería ir a verme. Luego me enteré que fue la misma Monique la que forzó a Pedro para que nos presentara y Pedro nos dejó solos con toda la intención, el muy canalla.

Monique es la persona más “buena” que he conocido nunca. Si a eso le añadimos su timidez, su blancura de piel, su pelo rubio larguísimo…

Después del partido fuimos a dar una vuelta por las calles apartadas, cogidos de la mano, tenía unas manos muy grandes. El verano pasó entre baños en la playa, partidos de tenis, largos paseos, comer pipas sentados en los bancos o ir al cine. Recuerdo una película extrañísima que vimos juntos sin habernos atrevido ninguno de los dos a darnos el primer beso. Dos vírgenes vampiras muy blancas de piel pero con el cabello negrísimo, perseguían por un bosque de madrugada a un joven de piel bronceada pero cabellos rubios, casi blancos. Al final, las vírgenes acorralan al joven, les muestran sus colmillos relucientes, el joven acorralado mira al cielo, un relámpago bicéfalo fulmina a las vírgenes que quedan carbonizadas en dos montoncitos de ceniza. El joven sonríe de una forma extraña, comienza a silbar y progresivamente se convierte en un unicornio que trota feliz entre los árboles del bosque mientras suena una música entre mágica y terrorífica.

La hermana de Monique, mayor que ella un par de años, se burlaba de la “bondad” de su hermana. Una tarde para hacerla reaccionar, después de preguntarle a Monique si nos habíamos besado ya, me besó en la boca sin previo aviso delante de ella. La verdad es que “sabía” besar la condenada. Monique se puso como un tomate y se enfadó con su hermana, yo no sabía cómo reaccionar. El beso me había desarbolado completamente.

Monique tenía un hermano muy “moderno” que se hizo muy amigo mío aquel verano. Le gustaba cantar por la calle a grito pelado "I Put a Spell on You" de Screamin' Jay Hawkins, o ponerse a hablar conmigo en francés en los bares sin yo entender ni papa y de vez en cuando soltar una palabra en perfecto andaluz para sorprender a los que estaban cerca nuestra.

Aquel verano terminó, como todos los veranos, y Monique se fue con su familia a Neuchatel…

7 comentarios:

babelain dijo...

Aquí está el capítulo III, dentro de un par de días publico el IV y último de esta serie.
Saludosssssssssssss

Napi and Lisa Murphy dijo...

Y ¡qué intensos, y largos, resultaban aquéllos veranos llenos de ingénuos descubrimientos! Bueno, ingénuos nosotros, porque ellas desarrollan antes y nos dan sopas con honda en todo y aún mucho más.
Eran veranos con olor a nivea y aceite de coco y zanahoria; de largas jornadas playeras con bocata de leche condensada que uno disfrutaba inténsamente hasta que terminaba por tomar relleno de la misma arena que pisábamos.
¡Jajajá, qué linda adolescencia que nos recuerdas, Bab! Y ¡qué preciosidad de unicornioo, Mavi! Muchas gracias por vuestro arte

babelain dijo...

Los veranos ya no son lo mismo, eh Napi?. Ahora, con el agujero de ozono, el agua turbia, las prisas, el colesterol (por lo de la leche condensada) la edad y otras hierbas, la cosa cambia. Pero bueno, habrá que aprovechar lo que quede, no?.
Saludosssssssssss

Paco dijo...

A mí eso del cine en verano me lleva a las terrazas, donde comíamos, bebíamos, fumábamos, todo al aire libre y sin importarnos cómo se llamaba la película. Por cierto, me has hecho recordar Mónica, de Los Ángeles.
Bonitos tiempos.

babelain dijo...

Buen tema, Paco, Granada ha dado muy buenos músicos y Los Ángeles fuero de los pioneros.
Bonitos tiempos, si.
Saludossssssssssssssssssss

Juanjo Mestre dijo...

Esa Monique parece un ángel. Saludossss.

babelain dijo...

Y era un Ángel, Jhonny. Saludosssssss

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