El Crepúsculo-Relato-

El crepúsculo

La flecha surgió de la ranura del crepúsculo, por donde también se cuelan los seres de otros mundos (imaginarios, o no, depende). El último rayo de luz hizo un pequeño alarde en el pico de la montaña más alta y se desvaneció. La flecha, decía, penetró en el cuerpo terso de la gacela que en su último brinco no pudo alcanzar el bosque y cayó abatida. Durante unos pocos segundos derramó su sangre sobre la tierra. El bosquimano recogió el cuerpo sin vida y partió contento hacia el poblado. La sangre de la gacela hizo germinar unas semillas que el viento había traído desde tierras lejanas. Las semillas esperaban sin mucha esperanza el agua de lluvia. Aquel lugar era inhóspito y rara vez llovía pero al final del verano, después de una noche de cielo azul oscuro y poblado de estrellas tan brillantes que algunas parecían que iban a arder en cualquier momento, el viento (de nuevo el viento) arrastró una nubes negras y llovió, llovió y llovió durante tres días seguidos. De las semillas crecieron hierbas. Una tarde, a la hora del crepúsculo (casualidades de la vida o de la muerte) una liebre que mordisqueaba las hierbas distraídamente, fue sorprendida por un león. Apenas pudo enterarse de lo que sucedía. El águila observó desde el cielo como el león le ganó la partida por unos segundos y lanzó un terrible graznido que retumbó en todo el valle. El león, con la liebre en la boca, observó orgulloso durante unos instantes al águila y siguió su camino. La sangre de la liebre goteaba dejando un reguero….