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Aún no amanecía

Aún no amanecía y salió a caminar. Se había pasado la noche en blanco, dándole vueltas a los mil y un problemas que había ido acumulando últimamente. Ya en el muelle, entre la bruma, aceleró el paso. Su cuerpo poco a poco empezó a perder células con la fricción del viento. Llegado el momento se quedó en el esqueleto. El espeluznante gruñido de una gaviota rompió la monotonía de la marcha. El viento producía un silbido peculiar al pasar por las cuencas de los ojos y entre las costillas. Al encontrarse más liviano, aceleró el paso aún más y las células de los huesos fueron desprendiéndose hasta que el esqueleto se desintegró por completo. El peculiar silbido se apagó. Nada ofrecía ya resistencia al viento. Nada. 

12 comentarios:

Napi and Lisa Murphy dijo...

¡¡¡Ay va; qué pasada de dibu!!! Mavi, acabo de (digo, termino ahora, jejeje, porque no es nuevo) enamorarme de ese arte que tú tienes, killa. Esta visión surrealista que has tenido me ha cautivado por completo.

Compadre Bab, eso es lo que tiene la (permiso, Mr. Kundera) insoportable levedad del ser, que, a fuerza de tanto ir del coro al caño y del caño al coro, pierde uno el agua y al final acaba uno en NÁ(da)

Abrazotes, pareja de genios!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Rick dijo...

Sí señor, una imagen muy ajustada. Y el relato podría sugerir que aún no amanecía y que el protagonista aún no había despertado: es surrealista, sí, en el sentido literal del término. Porque de otro modo, cualquier amanecer podemos diluirnos todos.

Quién sabe, a lo mejor es verdad eso de que solo somos el sueño de otros.

Milena dijo...

Bueno-bueno… la ilustración es una pasada, es increíble… de otro mundo…
(Felicitaciones para Mavi)

Y Bab… me he sentido con tu relato ligera, liviana… y hasta he sentido ese aire -fresco- pasar por las cuencas de los ojos… al final casi desaparezco…

Feliz noche

babelain dijo...

Pues si, Napi, es de las ilustraciones que más nos han gustado a los dos (a Mavi y a mi) y por lo visto, a los que van comentado por ahora el post. El teje y maneje (o el toma y daca) de las ilustraciones tiene su historia particular, pero eso queda en la intimidad jejeje.

Gracias de parte de los dos.

Saludossssssssssss

babelain dijo...

Gracias, Rick. Mavi quedó esta vez satisfecha de su trabajo (cosa rara en ella)
Por diluirnos, que no quede, pero espero no ser el sueño de otro (hay cada otro que pa qué)

Saludossssssssssssssssss

babelain dijo...

Estamos todos de acuerdo con la ilustración, lo cual le da ánimos a Mavi y así yo puedo seguir dándole la lata para que participe con sus ilustraciones en Toto-Vaca.

Curiosa sensación la de sentir el aire fresco pasando por la cuenca de los ojos del esqueleto (yo la siento a menudo al amanecer jejeje) El problema es que al final, en vez de desaparecer, suena el despertador y hay que ir al trabajo.

Gracias.

Saludossssssssssssssss

jose kortozirkuito dijo...

uuuuuuuffff hhhhhhhh hhhuuuuuuffff ¡que sutileza de relato¡ dan ganas d experimentar sentirse esqueleto ,así,poco a poco,yo me subiría al pico mas alto del Pirineo,ya que mis piernas a estas alturas no me lo permiten¡genial la ilustración ,como siempre...besos
Sebi
A mi me vas a contar la sensación del aire pasando por las cuencas de los ojos, a los esqueletos pirenaicos se nos hielan hasta los huesos.
La ilustración de nuevo brutal.
Nols vemos (solo los que tienen ojos)
Jose

Juanjo Mestre dijo...

Cómo me ha gustado, Bab. Surrealismo puro y duro. Hoy sopla el viento por aquí que no veas. Abrazossss.

babelain dijo...

Gracias Sebi y Jose. El viento del que hablo no era muy frío. Soy de los que aguantan mejor el calor que el frío (más tuareg que esquimal)
No me veréis ni a mi ni a mi esqueleto por el Alto Aragón en invierno jejeje.

Saludosssssssssssssss

babelain dijo...

Johnny, por aquí también a soplado hoy, pero ya se ha calmado. Me alegra que te haya gustado.

Saludossssssssssssss

Antoni dijo...

No tiene mucho que ver con lo que te voy a contar, pero este relato me recuerda mis experiencias con lo que llamábamos entonces de jóvenes, los viajes astrales. Ocurría durante el sueño profundo de la noche, y sentía como si mi cuerpo se elevase de la cama con una sensación de ligereza y flotabilidad, hasta alcanzar el techo de la habitación. Lo más alucinante de todo es que desde allí arriba yo me podía ver a mi mismo durmiendo.

Me ha gustado mucho el relato y la ilustración.

Un saludazo.

babelain dijo...

Pues is Antoni, quien más y quien menos ha pasado por el asunto de los viajes astrales. Mavi era una experta.

Gracias por el comentario. Esperamos el nuevo descubrimiento en tu blog.

Saludossssssssssssssssss

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