Little Bird

LITTLE BIRD

Amaneció un día espléndido y Dennis decidió darse un baño en el mar. Bajó a la playa y después de dar un ligero paseo por la orilla, entró en el agua y comenzó a nadar en dirección al horizonte. Le costó trabajo sentirse cómodo nadando, era el primer baño de la temporada. Poco a poco, el oxígeno, transportado por las venas que impulsaban los rítmicos latidos de su corazón, regaba sus músculos y el agua fresca los tonificaba. Consiguió el ritmo adecuado y esa armonía física contagió a su mente. Ahora fluía hacia el horizonte con un perfecto “compás”.

En un momento dio una última brazada y giró su cuerpo para descansar mirando hacia el cielo, “haciendo el muerto”. El corazón latía con fuerza, el cielo era azul intenso, casi hiriente. El sol aún no había alcanzado su cenit. Descansó unos segundos hasta que el ritmo cardíaco se normalizó. Estaba a punto de empezar a nadar hacia la orilla pero el plano del mar se inclinó asombrosamente hacia el horizonte y el agua comenzó a deslizarse como si al final del horizonte se encontrara una inmensa catarata. Quiso nadar a contracorriente pero era inútil. La fuerza del mar era invencible. Sin poder hacer nada por evitarlo, se dejó arrastrar con los ojos muy abiertos esperando el momento de la caída. Su cuerpo estaba en tensión y el momento llegó. El plano del mar acabó de repente y el agua caía en masa, arrastrando a Dennis hacia un precipicio sin fin aparente. En ese momento gritó con todas sus fuerza pero él no se oía con el ruido que hacía el agua al caer.

Sandy entró en la habitación asustada y se encontró a Dennis braceando, sentado en la cama y empapado de sudor. Aunque en ese momento estaba ya despierto, no era consciente de ello y Sandy lo tranquilizó hablándole suavemente y acariciándole el pelo:

-Solo ha sido un sueño, cariño. Solo un sueño-

El la miró como viniendo de otro mundo y al rato contestó:

-Si, un sueño, “también” ha sido un sueño.

Prepararon entre los dos un desayuno especial de domingo: té earl grey con lavanda, chapatas con un poco de aceite de oliva virgen y unas lonchas finas de jamón serrano. Salieron al jardín con la bandeja y se sentaron en la mesa bajo el olivo. Conectó los altavoces exteriores; había puesto en el reproductor una canción de los Beach Boys, “Little Bird”, que siempre le había parecido una pequeña obra maestra, aunque al comentarlo entre amigos, nadie había dicho nada de ella. Dennis miró hacia el mar con cierta aprensión. Estaba en calma y el día era despejado, solo el horizonte estaba difuminado por una ligera bruma…

Beach Boys: Little Bird