El Hiper

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EL HIPER

Aquella mañana me había levantado con el paso cambiado. Salí a la calle y al pasar por un mundialmente famoso Hiper Mercado de alimentación, se me ocurrió entrar; al fin y al cabo no tenía grandes planes para esa mañana, ni para ninguna. En uno de los interminables pasillos con productos perfectamente alineados a derecha e izquierda, me encuentro con un tipo enchaquetado, con el pelo engominado y un distintivo en la solapa en donde se podía leer “Supervisor”. Esta es la mía, me dije, sin saber muy bien porqué.

-Perdone, ¿Dónde están la “influencias”, en que sección? (pregunto en tono profesional, ocultando el tono “visceral”, de momento)

-Mande???? (me contesta el engominado)

-Una multinacional como dios manda debe tener “influencias”, no? Pues bien, donde puedo encontrarlas que quiero llevarme alguna.

-Perdone, señor, no le entiendo, aquí tenemos todo lo relacionado con la alimentación, de lo demás no puedo informarle.

Bien, dejemos eso, pero no me dirá usted que no tienen “monopolios”, no? Sería el colmo de los colmos. O una sección de “financiación de partidos políticos”, eso es vox pópuli.

- Señor, creo que no le puedo ayudar, aquí tenemos desde berberechos hasta coliflores, pasando por embutidos y frutos secos, galletas, leche, aceites, vinos y licores, en fin, de todo, pero usted me habla de algo que no entiendo, le ruego que pregunte en dirección, allí le atenderán debidamente, como usted se merece.

- Bien, dejemos eso, pero no me dirá que este establecimiento no tiene “careta de cerdo”, no?

-Si, este establecimiento tiene careta de cerdo, en la sección de carnicería, 7º pasillo a la izquierda.

-Ya decía yo; tiene toda la pinta. Y huevos? Tiene huevos este establecimiento?

-Si señor, tiene muchos huevos este establecimiento (ya visiblemente perdiendo la paciencia), 5º pasillo a la derecha. Huevos de todos los colores.

-¡Manda huevos! Bueno, gracias y disculpe si le he molestado. La cosa no va con usted, evidentemente.

En ese momento empieza a sonar por la megafonía “She’s a rainbow” de los R. Stones a toda pastilla. La gente empieza a bailar, pero la escena se parece más a un anuncio del Banco de Santander que a un sitio de ocio juvenil. Oigo murmurar al supervisor:

-Ya han contratado de nuevo a un marciano para programar el hilo musical, ¡que cruz! (y sale disparado para cambiar la música)

Mientras tanto, un viejecito que estaba “haciendo un mandao”, abandona el carrito y sale al trote por la puerta principal gritando:

-Esto es cosa del diablooooooooooo (y desaparece)

Yo aprovecho el tumulto y salgo de nuevo a la calle, voy a la tienda de ultramarinos de la esquina de casa, compro un hatillo de espárragos trigueros, media docena de huevos y unas lonchas de jamón serrano con vetas de tocino. Me voy a casa y preparo un revuelto. Veremos que se me ocurre para pasar la tarde.

6 comentarios:

babelain dijo...

Se había levantado con marcha en el cuerpo y la tomó con el pobre supervisor; pobrecito. La cara de cachondo mental que le ha puesto Mavi al menda.

Saludossssssssssssss

Napi and Lisa Murphy dijo...

Nohay nada como el pequeño comercio de toda la vida, Bab (el de la SeñáPetri quedaba a la vuelta de la casa de mi abuela paterna y el de Dámaso justo frente a los balcones del piso de los abuelos maternos). Siempre recuerdo los cucuruchos de papel donde metían el "cuarto y mitad" (o incluso el "mitad de cuarto") del pimentón que sacaban de las maravillosas latas con la figura de la morenaza del rural . . .
Influencias, monopolios, financiación con careta de cerdo . . . es raro que el "Supervisor" no supiera indicarte localizacíon ¡todo en cabecera de línea, todo dispuesto para exprimir el bolsillo del visitante.
Por mi parte, me bajo a Casa Bahón a tomr un vermouth de grifo con sus papas alioli y, cuano ya me duela la cabeza, probaré a partirme los brazos durmiendo la bendita siesta del que le da pase de pecho a la comida y continúa con el café torero.
Muy sagaz lo tuyo, Bab. Y gracias por la ilustración, Mavi, muy en línea con la oscuridad del interpelado empleado.

Juanjo Mestre dijo...

Vaya revuelto más psicodélicamente auténtico entre influencias, alimentos, monopolios. Momento estelar al sonar por megafonía "She's a rainbow". Abrazos.

babelain dijo...

Napi, el mitad de cuarto o el cuarto y mitad. Las latas de pimentón etc. Recuerdos de otros tiempos, pero aún se pueden encontrar algunas tiendas así por aquí. Cuidadín con el vermuth de grifo y con los pepinos jejeje.
Gracias y saludosssssssssss

Jhonny, también podía haber puesto que sonaba por la megafonía "El calcetín" de los Huracanes, no? tu ya me entiendes.
Gracias y saludossssssssssssss

Ficus dijo...

Al llegar a casa, el engominado saludo con desdén a su mujer y esta le comentó:

---Fijate si tendra influencia el subdirector, que han despedido a Juan para contratar a su hijo. Con este ya son cinco familiares a los que enchufa, van a monopolizar la empresa.
-¿A su hijo? Preguntó el engominado.
---Si, ese que estuvo de concejal de no sé que partido y tenía cara de cerdo.
-Manda huevos.
---¿Ehhh?.
-Nada, si yo te contara…Por cierto ¿la tele apagada?.
---Si, han quitado “El diario de Nemesia” y están poniendo música de unos melenudos que no dán mas que alaridos.

babelain dijo...

El relato da para más de una variación, eh, Ficus.
Voy a poner otro ahora mismo.
Gracias por la visita y el comentario.
Saludosssssssssssssssssssssss

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