EL PÁRAMO
En un páramo desolado, dos hombres están sentados en sendas piedras bajo un único y raquítico arbusto. Amanece entre brumas. Hace frío. Están abrigados con ropas estrafalarias y tiritan de vez en cuando. Sale vaho de sus bocas cuando hablan.
Ernesto.- De hoy no pasa
Julio.- ¿no pasa, qué?
Ernesto.- Decidir el camino a tomar
Julio.- ¿es necesario?
E.- ¿No pensarás quedarte aquí toda la vida, no?
J.- Pero yo no puedo tomar esa decisión, soy incapaz
E.- Propongo ir hacia el oeste
J.- No sé dónde por donde cae el oeste ni que se nos ha perdido en el oeste
E.- ¿se te ha perdido algo aquí?
J.- No, no tengo nada que perder
E.- Tiraremos un palito al aire. Iremos hacia donde indique la punta más fina
J.- Es igual, aquí o allí seguiré siendo un infeliz
E.- Me la suda, tiraré el palito de todas formas
(Tira el palo al aire y se quedan los dos observando muy fijamente hacia el lugar que indica)
E.- Creo que indica el norte, cuando salga el sol lo sabremos.
J.- el norte es frio, no me gusta
E.- claro, y el sur es caluroso, siempre le encuentras pegas a todo
J.- Aquí se está bien
E.- ¿aquíiiiiiiii?
J.- ¿tú que estás buscando?
E.- Algo de felicidad, aunque esa palabra es demasiado “importante”
J.- Tú si que eres importante. Crees que porque te muevas de sitio vas a ser feliz
E.- Aquí desde luego no me comeré una rosca
J.- Ah, ya, necesitas mujeres, siempre las mujeres, que cruz
E.- Mira, está saliendo el sol
J.- Pues eso no es el norte, ¿verdad?
E.- no, es el este, el puto este
J.- Al chaval le gusta el este, vaya vaya, las prefiere orientales, no?
E.- Déjate de chorradas, el este es lo que menos me apetece ahora
J.- pues nos quedamos aquí, como siempre
E.- pero si solo llevamos aquí una semana, no sé de donde te sacas el “siempre”
J.- pues tú me dirás, yo no quiero el norte y tú no quieres el este
E. Lancemos una moneda al aire, cara, oeste, cruz, sur
(Lanzan la moneda al aire, cuando va subiendo, un rayo de sol la hace brillar y una urraca muy veloz la atrapa con su pico)
E.- la puta que la parió
J.- otra señal de que no nos tenemos que mover de aquí
E.- tú y tus señales
J.- ya me dirás, no hay forma de decidirse
E.- mañana seguimos, hoy ya estoy harto de esto
J.- si, espero que mañana se te haya olvidado todo…
7 comentarios:
Me encanta esta ilustración. El dialogo le hace un guiño a ciertos escritores que me gustaban mucho en los 70, aunque Mavi dice que le recuerda a los diálogos de "Dos damas muy serias" de Jane Bowles (no se de donde ha sacado el parecido, ella sabrá).
Saludossssssssssssss
Siempre me gusto la palabra "Paramo" y aqui con este dialogo, aun mas.Me hace reflexionar de buena manera...
Un abrazo
¡¡¡¡También es mala leche la de la urraca, jajaja, cuando ya casi conseguían acuerdo para la movilidad!!!!
Curiosa disquisición en el páramo interior la que nos propones, Bab ¿nos movemos? ¡¡¡total para qué, si el lugar a donde vayamos va a ser lo mismo que aquel del que procedemos!!!
Propongo una acampada, al menos hasta saber si lo que se busca es orto u ocaso, septentrión o meridión, tomar fámula o ponerse a servir . . . ; porque lo cierto es que, a donde quiera que vayan, Ernesto y Julio se lo llevan todo "puesto"
Delicioso el dibu, Mavi.
Tsi, a mi también me gusta esa palabra. No reflexiones mucho que luego duele la cabeza.
Saludosssss
Napi, ¿tú con quien vas?, ¿con Julio o con Ernesto?. Yo voy con la Urraca (por joder, como el chiste del gallego, no?).
Saludossssssssssssss
Quizás en alguna ocasión no está mal echar a suertes la dirección que se debe tomar. Un abrazo.
Pues si, Johnny, alguna vez he tenido que hacerlo. Y no salió mal del todo, por suerte.
Saludosssssssssssss
Creo, Bab, que no te contesté el otro día, y voy con los dos, un poquito de cada inclinación, cada día, y a ir tirando. Que si bien "se lo lleva uno puesto" a donde quiera que va, lo de quedarse quieto siempre en el mismo punto tampoco facilita el crecimiento interior ¿o sí? Bueno y ¡qué más da!
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