Falsa Alarma

|

Falsa Alarma
Cualquiera diría que estábamos debajo de una catarata, pero no. Llovía de cojones. No veíamos más allá de tres metros. Oí el pitido inicial del árbitro y alguien me pasó el balón, que llegó hasta mí dando saltitos rebotando en los charcos de agua. Comenzamos a avanzar hacia el campo contrario siguiendo nuestra estrategia habitual, es decir, sin ton ni son. Curiosamente, los contrarios parecía que se habían replegado hacia su área, como si nos respetaran. Cosas más raras hemos visto en nuestra larga carrera deportiva. Al fin llegamos a la portería contraria: ¡¡¡¡¡Estaba vacía!!!!

Es más, no solo estaba vacía, si no que no había redes. Le pasé el balón a nuestro goleador habitual (dos goles en veinticinco partidos). Entramos todos en la portería completamente empapados y con la mosca detrás de la oreja. Aquello era muy extraño, a los tres o cuatro metros empezaba una escalera de caracol hacia abajo, que se iba estrechando en forma de embudo, hasta llegar a un pasillo donde solo podíamos ir de dos en dos. Solo se oía el retumbar de nuestras botas al pisar el suelo de cemento. Al cabo de unos minutos llegamos a una sala iluminada con antorchas. Allí estaban nuestros contrarios, bebiendo champán, recién duchados y vestidos de fiesta; todos muy modernos, con sus peinados última moda y sus novias espectaculares.

Nos quedamos con la boca abierta, como si nos hubiéramos dado cuenta de pronto de que éramos imbéciles. Enseguida se acercó el capitán del otro equipo y nos dijo que parece ser que habíamos confundido el pitido de suspensión del encuentro con el del comienzo, y como no se veía ni hostia no nos dimos cuenta del error. Estábamos invitados a una copa después de la ducha y que sentían el equívoco; aunque nosotros creímos oír unas risitas burlonas por los rincones de la sala.

Cerramos nuestras bocas y en ese momento empezó a sonar una alarma; al principio la confundimos con la “Alarma Que Avisa Del Inminente Fin Del Mundo” y nos asustamos un poco, aunque no se porqué, si era el fin del mundo, para qué asustarse, se acabó la fiesta y punto pelota. Y sobre todo, ¿para qué serviría esa alarma, si no hay salvación posible? Ya habíamos confundido antes un pitido de suspensión de encuentro por el de inicio del mismo; así que aguzé el oído y descubrí que en realidad lo que sonaba era la alarma del despertador; me había quedado dormido soñando con gilipolleces. Qué cruz.

---

Safari Fotográfico

















8 comentarios:

Antoni dijo...

Salvado por la campana!!. Nunca mejor dicho. Y de joven, tenía la rara habilidad de salir de los sueños voluntariamente si estos se hacían agobiantes, aunque estiviera soñando profundamente. Pensaba: "estoy soñando" y con gran esfuerzo abría los ojos, volvía a la realidad y respiraba aliviado.

Buen safari fotográfico y buen relato.

Saludotes.

Antoni.

Juanjo Mestre dijo...

Me ha venido a la cabeza cuando jugaba a fútbol algún partido lloviendo muy intensamente. Excelente texto y estupendas fotos, como siempre. Abrazosssss.

Rick dijo...

Hombre, pues para ser un sueño tiene mucha coña. Ese salto de categoría entre el césped embarrado y una fiesta de sociedad tendría que explicárnoslo Freud, porque seguro que significa algo...

Por cierto: tus fotos, tan buenas como siempre; pero me encantan los modelos, ese tipo de gente no se ve por aquí. Se ve que en el norte somos más monótonos.

babelain dijo...

Pues a mi tambien me suele pasar eso en los sueños que se complican peligrosamente , Antoni. Menos mal.

Gracias.

Saludosssssssssss

babelain dijo...

Johnny, espero que no hayais confundido nunca un pitido de suspensión con uno de inicio de partido, serías más pardillos que estos del relato.

Gracias.

Saludosssssssssss

babelain dijo...

Rick, la coña se la añado para darle algo de enjundia. Sería muy seco y serio el sueño sin utilizarla. Igual que la escritura automática, si no la desautomatizas un pelín, se hace insufrible.

Por aquí hay un "género" muy variado. De todas formas ya tengo deformación "profesional"y voy por ahí viendo posibles "víctimas" del safari, aunque no lleve la cámara encima. Hay "material" interesante en casi todos los sitios. Solo que hay que tener el "arma" preparada.

Gracias.

Saludossssssssssss

jose kortozirkuito dijo...

jua jua jua,yo de fummmmbol no entiendo una patata,ni lo pretendo,pero lo que me ha gustado mucho es lo de las risitas por lo bajini¿no serian carcajadas a mandibula batiente...es mas tengo la sospecha que fueron las risas las que te despertaron y para disimular,pues nos cuentas lo del reloj,te ha quedao muuuuu propio,buen relato y las fotos,como siempre de primera,me gusta el gusto que tienes para captar los personajes
besitos de MARISEBI

Pues vaya, bajo de ver el partido de champiñons, le tiro los trastos a la Sebi, accede y me encuentro con esta versión futbolistica de Alicia en el pais de las maravillas.
Estoy con Sebi en que no eran risitas, sino descojono puro y duro.
El safari bueno como siempre, a ver si bajo pa hacer uno juntos, no me importaría cobrarme alguna pieza como por ejemplo la jipi esa desacalza.
Saludotes
Jose

babelain dijo...

Sebi, ya veo que no hace falta entender de fútbol para leer esto. Yo disimulo muy bien, es mi especialida, y casi siempre, silbando en francés, para despistar aún más jeje. Recuerdos de Mavi; estamos ordenado discos y libros y ha vuelto a leer tu librito. Le ha vuelto a encantar (a mí también, eh).

Si, Jose, con la que está cayendo, lo mejor es descojonarse; al menos para no morir de asco.

La fauna de aquí es interesante. La jipi tenía un novio muy majo; así que ya veremos cuando vengas por aquí que podemos hacer.

Gracias a los dos.

Saludosssssssssss

Publicar un comentario