VIENTO
IV
¡Lo sabía!
- Aún en la cama, sin espabilar del todo, imagino que me entrevisto a mi mismo. Más que nada para conocerme un poco más. Misión imposible. Empezaría con una pregunta para epatarme a mi mismo: -¿Eres lo que aparentas? ¿O aparentas lo que eres?- Seguramente respondería con una frase “aparentemente” inteligente pero que no diera ninguna pista fiable sobre mi. Mientras menos información tenga sobre mi mismo, menos vulnerable me siento. Y así toda la entrevista. Al final, todos contentos e insatisfechos a partes iguales, entrevistado y entrevistador.
- Nada más entrar en el bar vi algo extraño en la cara de Pascal. Nos saludamos respetuosamente y pedí una cerveza. Él ya estaba bebiendo la suya. Me contó que se había sentado junto a Marguertite en el banco del parque con la intención de hablarle de mi y propiciar un encuentro entre ambos, pero después de presentarse y ver la acogida tan extrañamente afectuosa con la que lo recibió, empezó a dudar de sus sanas intenciones. Marguerite era una mujer que no se podía dejar escapar bajo ningún concepto. Me dijo que yo, en su caso, hubiera hecho lo mismo. También me contó que hablaron con gran soltura de cualquier tema que salía a colación, que dieron un paseo y tomaron unas copas. La relación fue tan fluida que, al despedirse en la puerta de su casa con un beso en la mejilla, que prometía mucho más que eso, quedaron para la noche siguiente. Me dijo que lo sentía, pero las cosas habían salido así y no había podido evitarlo. Le dije que no importaba. Mentí lo mejor que sabía (no sé mentir - bueno, depende) le di la mano y me marché con la excusa de una cita con una chica que había conocido por la mañana desayunando en el bar. No se si se lo creyó, pero aparentemente, mi dignidad quedaba casi intacta.
- Volví a casa y abrí una botella de vino que tenía preparada por si me atrevía a invitar a comer algún día a Marguerite. Me la bebí entera y me eché en la cama. Dormí como un bendito hasta la madrugada siguiente.
- Maldito viento de levante. No lo soporto. Tampoco soporto la resaca. Cada vez me resulta más incomprensible todo. Quiero decir, eso de la causa y el efecto ¿significa algo este episodio de Marguerite? ¿Hay causa y efecto? ¿Hay causalidad o casualidad en la aparición de Pascal en este asunto? Puta mierda de metafísica. Y el verano se está acabando. Esto de Pascal y Marguerite me está tocando los cojones bien tocados. Creo que me merezco esta situación, por gilipollas. No es casualidad, ya se que la casualidad no existe, pero...la gilipollez, si. Y Pascal es un cabronazo, eso también es cierto, por cierto ¿entonces, donde queda el azar?