(Ilustración: Mavi)
Disimulas
mal
desde el
bautizo
¡Ese falso
llanto!
¡Ese mohín!
¿Y esa
miradita inocente?
¡¡¡¡A qué
viene tanto teatro!!!!
Primero, el
Relámpago
sube tu
autoestima
Luego, el
Trueno
te resta
soberbia
Después de
una brisa cursi
poniendo
cara de reflexionar
el sujeto
sonríe y bosteza
se aburre de
ser él
pero
disimula
Mal, pero
disimula
Gracias a
una frase en bucle
que surge de
su cerebro:
"Nutriendo a la nutria
Nutriendo a la nutria
Nutriendo a la nutria..."
descubre que
está despierto
y aplasta un
ciempiés con el pie
Distraído
por la meteorología
asume su
condición
no sin
cierto disimulo
Aún no ha
notado el suspiro
que le sube
por el alma
y le servirá
de consuelo
cuando su
amante se esfume
Taciturno
junto a un cactus
medita sin
convicción:
¿por qué no
silba el vegetal?
(Aún no ha
desayunado
y está a
punto del desmayo)
¿para qué
sirven los muertos?
6 comentarios:
¿para invocarles y celebrar el milagro genético?
Napi, no me hables de las Leyes de Mendel. Yo me entiendo. Jeje.
Saludos.
Ese cambio de sujeto (de segunda persona en las primeras dos estrofas a tercera en el resto) queda un poco extraño, como si fuesen dos mundos distintos. Me ha gustado esa contraposición de "efectos secundarios" entre el relámpago y el trueno.
Quizá una de las funciones de los muertos sea similar a la del trueno: restarnos soberbia.
Saludos mil.
No se te escapa una, Rick. Así da gusto. Sí, parecen dos mundos distintos. O puede que dos dimensiones distintas. Alguno de los sujetos no anda bien de la cabeza. O los dos. Se nota, ¿no?
Saludos
Seguramente me equivoque de actitud, pero después de leer últimamente a Joan Margarit y de alguna que otra tertulia literaria (donde prevaleció cierta crítica a la "poesía de la experiencia" y sus autores más celebrados) me obligo a equiparar cada nuevo poema con el ejemplo de lo leído o hablado recientemente. Aunque normalmente tendemos a ese cotejo creo que tu poesía no se parece a la de muchos otros, es única. Y lo es por que no se produce, apenas tiene materialidad, transita por unas coordenadas que están pero pueden no estar, son aleatorias y caprichosas. Suenan a música sin orquesta, porque viven en silencio necesitan (a veces) repetir versos, "nutriendo a la nutria" para culminar con la pregunta que nadie se hace: ¿por qué no silba el vegetal?"
Saludos,
Javier, no está nada mal que mi poesía sea única, para bien o para mal. Y me gusta eso de música sin orquesta. Es mejor que orquesta sin música, ¿no?
Se agradece el comentario.
Saludos.
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