(Rojo sobre negro. Foto: Eliezer)
donde publicamos algunas fotos tomadas en un muro y luego editadas de aquella manera. Pues eso, que Eliezer se acordó de una serie de fotos que ella había tomado en su día de las quillas de las barcas. Nos las enseñó y, enseguida se nos ocurrió publicarlas acompañadas por un poema que escribí en mayo, y que recita Mavi. Le pedimos una presentación para publicarlas en el blog.
Aquí la tenéis:
Con la idea de encontrar la hoja de ruta del pescador me fui con la caja oscura a dejarme impresionar por las huellas que la mar y el rocaje marcaban en la quilla de las barcas.
Aquel mapa de lo acontecido durante las largas madrugadas de pesca me contaba historias de algas, arrastres, mareas, amarras, lenguas baj0 la luna…. Ese bello territorio que deja el paso del tiempo y el desgaste.
Descubrí que los rascacielos de Nueva York habitaban bajo el mar, los anocheceres de las estampas japonesas, la maraña de hilos que me desvela y el pájaro loco.
La barca duerme a salvo en la plácida orilla junto al mar.
Me gusta ensimismarme con lo pequeño.
Eliezer
Treinta de
mayo
Ritual instintivo
José L. Álvarez (Babelain)
Me siento
Tritón soplando la caracola
por donde
salen berridos de grillos
que ninguna
ola obedece
en un mar
cubierto de yedra
sobre el que se
podría caminar
Reacciono
ante la catarata excéntrica
(que cae
sobre nuestras cabezas)
con
pensamientos verticales
que, hacia
arriba, se pierden en el espacio
y, hacia
abajo, enraízan en la tierra roja y espesa
Luego me
calmo y bostezo
siguiendo un
ritual instintivo
que disuelve
el fulgor inicial
Los dioses
ficticios y crueles se evaporan
Desaparecen
del cielo las estrellas fugaces
Arde el
misterio con llamas esbeltas
Ese fuego se
desangra. La sangre se hiela
El hielo se
derrite y bebo ese líquido
sentado en
una piedra muy cerca del río
Aún es hoy. Aún
no ha llegado la noche
Esa muralla
oscura que espera en silencio