sábado, 8 de noviembre de 2025

La Velocidad. (Poemas Cortos 14).

 











La Velocidad

Castigada de cara a la pared
la Velocidad mira de reojo por la ventana
hasta quedarse dormida 
y al despertar
se le disloca el nervio
por querer acercarse a la ternura
sin estar entrenada para ello

6 comentarios:

  1. Antes que nada,
    aclarar que no
    se por qué
    narices ,dije
    aquello de
    saber quiénes
    son José y
    Mavi ,con
    respecto a
    la entrada
    de esta
    semana,
    como es
    que no
    sacáis un
    libro de
    poemas?
    si no en
    papel,en
    formato
    word,un
    saludo.

    ResponderEliminar
  2. Orlando, pues si no lo sabes tú... Tengo algunas cosas publicadas en la editorial Árbol de Póe, de Málaga. Y además cada año llevo a la imprenta el resumen de lo que he escrito y me lo encuadernan. Luego se lo regalo a los amigos y familiares más cercanos. Ya es bastante, no? Al Premio Planeta no me presento, no doy la "talla".
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. La velocidad, castigada por impetuosa. Tiene lógica. Y en efecto, tampoco la ternura es lo suyo. En pocas palabras la has definido perfectamente.

    Me ha sorprendido ese ritmo tan "heavy", tan poco usual en ti, pero cuadra con el sujeto de este poema. Luego, tras la magnífica dicción de Mavi, parece que se apacigua un poco e incluso surge un "amodo de órgano Hammond" para suavizar el conjunto, pero enseguida la velocidad vuelve por sus fueros.

    Muy plástico todo, si señor.

    Saludos mil.

    ResponderEliminar
  4. Muy buenas, Rick. Escogí este instrumental, que tiene ya algunos añitos, porque vi que no le venía mal al poema. Y, por lo que comentas, parece que tenía razón. Gracias.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Niña mala La Velocidad, la castigan pero de su sueño surge una nueva calamidad - "se le disloca el nervio" - , normal. ¿A qué velocidad que precie su alocado movimiento se le "ocurre acercarse a la ternura", antítesis de su propia idea, de su más acertado concepto?
    En esa antítesis -también reflejada en una música que va de más galope al trote y al pasto después- descansa lo sorprendente de la obra.
    Saludos,

    ResponderEliminar
  6. Hombre, Javier, el diseccionador de poemas. Qué buen cirujano de poemas eres. Suerte que tiene uno con los comentaristas habituales del blog. No se puede pedir más. Siempre se aprenden cosas de vuestros comentarios. Se agradece.
    Saludos.

    ResponderEliminar