Antes que nada, aclarar que no se por qué narices ,dije aquello de saber quiénes son José y Mavi ,con respecto a la entrada de esta semana, como es que no sacáis un libro de poemas? si no en papel,en formato word,un saludo.
Orlando, pues si no lo sabes tú... Tengo algunas cosas publicadas en la editorial Árbol de Póe, de Málaga. Y además cada año llevo a la imprenta el resumen de lo que he escrito y me lo encuadernan. Luego se lo regalo a los amigos y familiares más cercanos. Ya es bastante, no? Al Premio Planeta no me presento, no doy la "talla". Saludos.
La velocidad, castigada por impetuosa. Tiene lógica. Y en efecto, tampoco la ternura es lo suyo. En pocas palabras la has definido perfectamente.
Me ha sorprendido ese ritmo tan "heavy", tan poco usual en ti, pero cuadra con el sujeto de este poema. Luego, tras la magnífica dicción de Mavi, parece que se apacigua un poco e incluso surge un "amodo de órgano Hammond" para suavizar el conjunto, pero enseguida la velocidad vuelve por sus fueros.
Muy buenas, Rick. Escogí este instrumental, que tiene ya algunos añitos, porque vi que no le venía mal al poema. Y, por lo que comentas, parece que tenía razón. Gracias. Saludos.
Niña mala La Velocidad, la castigan pero de su sueño surge una nueva calamidad - "se le disloca el nervio" - , normal. ¿A qué velocidad que precie su alocado movimiento se le "ocurre acercarse a la ternura", antítesis de su propia idea, de su más acertado concepto? En esa antítesis -también reflejada en una música que va de más galope al trote y al pasto después- descansa lo sorprendente de la obra. Saludos,
Hombre, Javier, el diseccionador de poemas. Qué buen cirujano de poemas eres. Suerte que tiene uno con los comentaristas habituales del blog. No se puede pedir más. Siempre se aprenden cosas de vuestros comentarios. Se agradece. Saludos.
Antes que nada,
ResponderEliminaraclarar que no
se por qué
narices ,dije
aquello de
saber quiénes
son José y
Mavi ,con
respecto a
la entrada
de esta
semana,
como es
que no
sacáis un
libro de
poemas?
si no en
papel,en
formato
word,un
saludo.
Orlando, pues si no lo sabes tú... Tengo algunas cosas publicadas en la editorial Árbol de Póe, de Málaga. Y además cada año llevo a la imprenta el resumen de lo que he escrito y me lo encuadernan. Luego se lo regalo a los amigos y familiares más cercanos. Ya es bastante, no? Al Premio Planeta no me presento, no doy la "talla".
ResponderEliminarSaludos.
La velocidad, castigada por impetuosa. Tiene lógica. Y en efecto, tampoco la ternura es lo suyo. En pocas palabras la has definido perfectamente.
ResponderEliminarMe ha sorprendido ese ritmo tan "heavy", tan poco usual en ti, pero cuadra con el sujeto de este poema. Luego, tras la magnífica dicción de Mavi, parece que se apacigua un poco e incluso surge un "amodo de órgano Hammond" para suavizar el conjunto, pero enseguida la velocidad vuelve por sus fueros.
Muy plástico todo, si señor.
Saludos mil.
Muy buenas, Rick. Escogí este instrumental, que tiene ya algunos añitos, porque vi que no le venía mal al poema. Y, por lo que comentas, parece que tenía razón. Gracias.
ResponderEliminarSaludos.
Niña mala La Velocidad, la castigan pero de su sueño surge una nueva calamidad - "se le disloca el nervio" - , normal. ¿A qué velocidad que precie su alocado movimiento se le "ocurre acercarse a la ternura", antítesis de su propia idea, de su más acertado concepto?
ResponderEliminarEn esa antítesis -también reflejada en una música que va de más galope al trote y al pasto después- descansa lo sorprendente de la obra.
Saludos,
Hombre, Javier, el diseccionador de poemas. Qué buen cirujano de poemas eres. Suerte que tiene uno con los comentaristas habituales del blog. No se puede pedir más. Siempre se aprenden cosas de vuestros comentarios. Se agradece.
ResponderEliminarSaludos.