Segunda entrega de la serie: Poemas Cortos.
Caducidad
Tímidos resignados danzando como locos en la niebla
con algunos dulces anhelos caducados bajo el brazo
tomando sin miedo las curvas del espacio/tiempo
e intentando desligar sin éxito la muerte del sueño
Lo meto en mi diario, parece escrito para mí
ResponderEliminarPues sí. Últimamente escribo mucho pensando en tí.
EliminarTímidos, niebla, anhelos caducados, curvas, muerte... palabras que parecen confirmar la ley del eterno retorno. Al final todo se torna melancólico; la música parece revelarse levemente contra ese destino.
ResponderEliminarSaludos,
Abrazooooooooooooooooooooooooo Bab, acá Kikas
ResponderEliminarSí, Javier, por ahí van los tiros, más o menos. El destino tiene mucho tino. Gracias.
ResponderEliminarSaludos.
¡Qué grata sorpresa, Kikas! Hacía años que no sabía nada de ti. Cuéntate algo. ¡Qué tiempos aquellos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Maravilloso poema-reflexión para algunos ya no tan jóvenes!
ResponderEliminarMuchas gracias, Anónimo. No tan jóvenes, no; al menos el que suscribe.
ResponderEliminarSaludos.