sábado, 24 de noviembre de 2012

Un mal día lo tiene cualquiera


Un mal día lo tiene cualquiera


Esta mañana salí de la oficina camino de la sucursal bancaria que está en la otra punta del pueblo. No me encontraba bien, estaba mareado y no podía concentrar mi atención en nada. Me asusté un poco porque no tenía motivo aparente para ese malestar repentino, aunque nunca se sabe. Desde la oficina hasta la sucursal del banco, aparte del saludo habitual a conocidos, me encontré con tres personas con las que me paré a hablar un ratito por distintas razones:

 La primera fue una hermana que tiene una tienda y a la que hacía unos días le había hecho unas fotos para promocionar unos bolsos que ella fabrica. Quería ver el resultado de las fotos ya ampliadas y pasadas al soporte final.

            La segunda fue otra hermana que encontré por la calle en uno de sus cortos paseos para descansar de su trabajo diario.

            La tercera fue una amiga que encontré en la puerta de su casa y que hacía tiempo que no veía. Ella tenía también mala cara, todo hay que decirlo.

            Con las tres quise aparentar que me encontraba bien, alegre, en fin como siempre; aunque yo no sea “el tipo más simpático del barrio” (me suelo reí mucho más por dentro que por fuera)

No lo conseguí con ninguna, incluso tuve que reconocerle a las tres que me sentía fatal, mareado, incapaz de concentrarme. Digo que quise aparentar que tenía buen talante porque después de despedirme de cada una de ellas, pensaba, con toda seguridad, que  al dar tres pasos me iba a caer en redondo, muerto al instante. Quería dejarles una última buena impresión, aunque me temo que no lo hubiera conseguido. Un mal día lo tiene cualquiera.

Ya en la sucursal del banco, me senté en el despacho del Interventor y le pedí que me quitara las comisiones de una cuenta que tenemos del trabajo. Ahí no quise aparentar nada, en los bancos no hay que hacerse el simpático por que te roban la cartera cuando menos te lo esperas; lo que hay que aparentar es que somos unos tipos muy duros (tampoco sirvo para eso, pero al menos tenía cara de aguantar pocas bromas)

De vuelta hacia la oficina empezó a llover. Abrí el paraguas y automáticamente empecé a sentirme mejor. Parecía como si debajo del paraguas, abriéndome paso entre la cortina de agua que caía, hubiera entrado en otro mundo donde no existía ni la gravedad, ni la presión atmosférica; un mundo ingrávido donde el cuerpo pasara inadvertido y las sensaciones se percibieran en forma de ondas; como gotas de lluvia que caen mansamente sobre un lago en calma.

17 comentarios:

  1. Hoy me encuentro mejor jejeje

    Me encanta la ilustración de Mavi (como siempre, por otra parte)

    Saludosssssss

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  2. A mí también me encanta la ilustración de Mavi. Esos colores, esas gotas que destacan en la pared del edificio, ese especie de horreo... la lejanía, el árbol... la cara del personaje, como agarra el paraguas, como parece que esta en otra dimensión... el suelo, la cortina verde de agua sobre el fondo casi blanco...
    El relato también me encanta, al final te quedas como impoluto...

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  3. Gran ilustracion de Mavi, de las mejores que he podido contemplar aqui!Un mal dia es una gota en la vida cuando son muchas gotas es cuando uno ya desborda!!!
    A+
    Tsi/Jess

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  4. les veo muy creativos últimamente, besos a Mavi y abrazosssss para ti.

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  5. Mlena, muy detallado el comentario de la ilustración. Gracias de parte de Mavi. Tanto como "impoluto" jejeje, bueno, el mal trago al menos había pasado.
    Saludossssssssssssss

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  6. Tsi/4 srong, ya os lo había adelantado, la ilustración está "fetén" (qué termino más burdo para un crítico de arte, no?)
    Alguna gota que otra nos cae de vez en cuando, espero que no nos caiga el diluvio de una vez.

    Saludosssssssssss

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  7. Ned, no solo de pan vive el hombre/mujer. Intentamos no enmohecernos.

    Saludossssssssssssss

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  8. Parece que debajo del paraguas te sentías protegido... Y la lluvia que, según los más viejos, despeja hasta los malhumores, te convirtió un mal día en bueno.
    Vaya retratista de momentos tienes a tu lado.
    Abrazos gigantes a ambos.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Si es que hay días muy pasados por agua y como en algunas latitudes nos pilla con falta de costumbre, al final no gana uno pa'tanto suspiro, killo.
    Qué buena miniatura de ánimo que describís, pareja de dos, muchas gracias por ello y un abrazote.

    Y, cambiando de onda ¿para cuándo el próximo LP?

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  11. Es probable que con el líquido elemento entrases a una dimensión espacio temporal armónica, ya se sabe que casi el setenta por ciento de nuestro cuerpo es agua jejeje...

    Genial Mavi.

    Como sueles decir tu "Que te llueva flojito".

    Un abrazote.

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  12. Paco, hay muchas cosas que sirven de paraguas. Si, la retratista anda por aquí, a un lado, al otro, a veces se me sube a las barbas, otras...en fin, que si, que es una suerte que tengo.
    Saludosssssssssss

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  13. Pues si, Napi, demasiados días pasados por agua para un "tuareg". Para el L.P. ya falta menos; tengo ya tres temas nuevos (un instrumental incluido) si "encarta" grabar un cuarto, publico un E.P. y ya tenemos el próximo L.P. (si no, se quedará en trece temas) Te aviso para lo que quedamos.

    Saludosssssssssssssssss

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  14. Jose, es que aquí a caído una buena manta de agua. Ya pasó, parece ser. Y si que es cierto eso de que menos mal que tenemos a quien contarle nuestros días malos.
    Saludosssssssss

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  15. Ficus, últimamente necesito poco para entrar en eso que llamas dimensión espacio tempral, más o menos "armónica". Aunque a veces es "disonante" y otras, "dodecafónica", el caso es cambiar de onda jejeje

    Saludosssssssssss

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  16. Enorme. Me ha gustado especialmente eso de que en los bancos hay que aparentar que somos tipos duros. Chulísima también la ilustración de Mavi. Abrazossss.

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  17. Gracias, Johnny, de parte de los dos.
    Saludossssssssssss

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