Sin identidad.

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Sin identidad
(Babelain)

El rayo que salió de la oscuridad
se deslizaba ahora hacia la luz
con intenciones oscuras
provocativas y misteriosas

Los viajeros sin identidad 
atravesaron la cascada
guiados por la esperanza

Detrás del agua estaba el bosque
donde crecía la flor caníbal

El rayo incendió el bosque
Cuando se disipó el humo 
pasó por allí un tranvía
con un único destino

¿Hay pruebas de que exista el vacío?
Eso se preguntaba dentro del tranvía
uno que había robado una flor caníbal

El revisor del tranvía que fue jardinero
en una reencarnación anterior
confiscó la flor caníbal con un gesto brusco
y a continuación anunció: “Fin del Trayecto”

Nadie se atrevía a mover un dedo
risitas nerviosas y disimulos

“Todo el mundo fuera”  rugió el revisor
y fueron saliendo de uno en uno
absorbidos por la nada
 y olvidados para siempre
sin dejar pruebas de su existencia
como si nunca hubieran nacido

Babelain. Abismo espeso CD

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 CD con las grabaciones de 2022. De nuevo cuento con mi amigo Rick (https://eltugurioderick.blogspot.com/) para la presentación del disco. Os prometo que no lo he sobornado para que escriba algo tan... tan... Comprobadlo vosotros mismos. Ya le he dicho que se ha pasao cuatro pueblos, pero no voy a quejarme por eso, faltaría más.

Babelain - Abismo espeso 

Sí señor, Bab es otro de esos personajes fieles a unas costumbres: cada año nos regala un ramillete de piezas musicales de su cosecha, y aquí tenemos el correspondiente a 2022. Por si entre los lectores hay algún recién llegado a este blog, diré que su titular es un músico por verdadera afición, aparte de que haya tenido otros trabajos, y que domina una gran variedad de instrumentos, tanto los de cuerda como los teclados, los de viento o las percusiones. También escribe, tanto en verso como en prosa, lo cual le permite ser el letrista de sus propias canciones. O sea, que él mismo lo hace todo. Hace falta ser muy versátil para eso. 

En cuanto a su obra musical, la mejor prueba de esa versatilidad es que, a diferencia de otros que se centran en un estilo y no salen de ahí, él ha ido buscando una evolución que se confirma en este nuevo grupo de piezas. Cuando escuché sus primeras canciones, hace ya unos cuantos años, se le notaba la influencia del espíritu americano y trabajaba mucho el rock cercano al country, entre acústico y eléctrico. Pero también hacía piezas de medio tiempo con estructuras y arreglos de tono psicodélico, que se notaban sobre todo en el tratamiento de las guitarras, con varios pedales distintos (precisamente las cuerdas eran, o son, su especialidad). Por otra parte, incluso en las baladas más “sentidas” -por decirlo así- se nota en las letras que Bab tiene mucha coña: es medio “gallego”, aunque él se defina como africano. 

Centrándonos en las músicas: aquí hay muestras de sus tendencias tradicionales, pero sobre todo del camino que ha emprendido desde hace uno o dos años. La apertura con la pieza que da título a esta selección representa muy bien su estilo de siempre, en medio tiempo y con la estructura “normativa” de grupo estándar, esto es: base rítmica de bajo y batería, guitarras y teclado. Destacan sus arreglos de cuerdas y la originalidad de las percusiones (ahí sí que debemos admitir su vena africana: esa riqueza de sonidos y ritmos no es frecuente ni entre los supuestos profesionales al uso). Y el cierre con “Sinfonía al óleo” puede considerarse como una buena mezcla de los estilos propios de la casa pero ya influida por una nueva perspectiva: en el comentario que le hice cuando la publicó dije que me sonaba a cruce entre la música de club de los años 60 con un cierto aroma funky por momentos, e incluso podía recordar en otros a una banda sonora intemporal.  

Y justo el asunto de la banda sonora es el hilo que nos lleva al momento presente. Aparte de su gran inventiva con las percusiones, y aunque tal vez su especialidad sean las cuerdas, de un tiempo a esta parte se está aficionando a investigar las posibilidades de los teclados electrónicos. Ese es un mundo aparte que obliga a cambiar de perspectiva; pero a cada momento que pasa lo veo más a gusto en ese camino, y sus habilidades como músico le ayudan a dominar el “espíritu” de los instrumentos. Y una de las estrategias que le están resultando más útiles para desarrollar ese dominio es precisamente crear “bandas sonoras”, es decir, ambientes musicales que pueden aplicarse para dar protagonismo a sus poesías o a las imágenes fantásticas que crea Mavi: cuando trabajan los dos juntos acaban creando verdaderas performances. Hay unos cuantos ejemplos en esta colección: “El ojo del árbol”, que hace surgir momentos de discoteca electrónica en un tono general de ambientación casi “selvática”, o el vago suspense de “Fauna que no has de beber”, e incluso momentos que podrían recordar a Weather Report, en piezas como “Ella es única”. 

En otras piezas en cambio, y aunque las haya utilizado inicialmente como fondo musical, se nota ya una vida propia. Hay varios ejemplos: “A otra cosa, mariposa” es un buen compendio de estilos, y tengo una cierta debilidad por “Ni sueño ni vigila”, en la que el protagonista supuestamente principal es la guitarra pero el envoltorio de teclados le da una fuerte personalidad, marcada además por esa percusión tan moderna y a la vez tan clásica en los locales “intemporales”. Y también “El instinto del instante” o “Reunión insólita” tienen algo de ese espíritu. Hay momentos en los que se funden varios estilos y el resultado es notable, como pasa en “Qué hacemos ahora con los volúmenes dulces”: por momentos me recuerda el espíritu de CAN o Pink Floyd, y así se lo dije. Que por cierto, los alemanes rebuscaban en las percusiones de origen tribal (a diferencia de la mayoría de las bandas progresivas, más cercanas a los ritmos del jazz rock), y también Bab lo hace con frecuencia. El ambiente del rock progresivo de los años 70 también ha dejado rastros en “La cruda realidad”, otra de mis favoritas, en la que hay una gran variedad de cuerdas, además –otra vez- de una percusión que le sienta divinamente. Gusta de vez en cuando recuperar ese tipo de músicas, aunque últimamente parece que no están muy de moda en esta actualidad circundante de indies y motomamis. 

Lo dicho: que Bab se está reinventado, y eso siempre es bueno. Un músico, como cualquier otro creador, está vivo mientras investiga, experimenta, cambia, evoluciona. Y esta es una magnífica demostración.

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Este vídeo es solo un pequeño resumen del Cd, con las portadas de los singles.                                


En el improbable caso de que alguien quiera bajarse el CD completo con sus portadas:

Aquí tienen el enlace:
https://mega.nz/folder/c1cUQZgR#QUj2Yybr-ybYfOtv6GCbQQ

Lentitud absurda.

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Para disfrutar de las ilustraciones de Mavi, se recomienda verlo en pantalla grande.



Lentitud absurda
(Babelain)

Los brazos desnudos del bosque mojan sus dedos en el río huyendo de la tristeza
lo hacen con disimulo para no molestar a las viscosas multitudes vigilantes

Las heridas del otoño buscan el trueque inútil con la armonía de la primavera 
y la memoria encerrada en gotas de lluvia intenta atrapar algo de luz del amanecer

La felicidad pasa desapercibida deslizándose por el espeso paisaje camino del valle 
escoltada por cigüeñas que perdieron el rumbo y buscan un motivo para seguir existiendo

Nubes en llamas sobre mares donde la multitud camina sobre ellos en silencio
mientras por las puertas de la oscuridad braman las campanas que antes callaban

El grito unánime de las viudas enlutadas animan la noche que se va despeñando poco a poco
y los difuntos exigen su copa de elixir que les mantenga al margen de la existencia para siempre

El cerebro del chófer se heló nada más salir de viaje y todo fue ya distinto
cayendo por el precipicio aprendíamos un nuevo lenguaje de flores y golondrinas

No hay tiempo ya para los manantiales y para las voces tiernas de los niños de ayer
la derrota del equilibrio queda compensada por la ignorancia que todo lo inunda


Entre el grito de las viudas 
las heridas del otoño
los brazos desnudos del bosque
la felicidad que pasa desapercibida
nubes en llamas y campanas bramando
el cerebro helado del chófer
el nuevo lenguaje de flores y golondrinas
los manantiales y el equilibrio derrotado
junto a la ignorancia que todo lo inunda
va pasando la tarde con una lentitud absurda