El Enemigo

|
O

 Ilustración: Mavi


El enemigo

Lunes 12

El enemigo acabó con toda mi familia y, luego, con todos mis amigos. Ahora solo quedamos él y yo en la isla. Por ahí andará agazapado. Todas la noches me siento en el porche y toco la misma canción con la guitarra. Noto su presencia entre los arbustos. Creo que le gusta esa canción. ¿Será por eso que a mí me ha respetado? Esta noche guardaré silencio; veremos qué ocurre.

Martes 13

No acudió a la cita. O no noté su presencia. Solo una brisa entre los arbustos, y un búho que se hacía cada vez más pesado quebrando el silencio. Ahora, en la isla, se notaba un cierto equilibrio: el enemigo y yo; solos los dos. Puede que él no se sintiera tan seguro si acababa conmigo ¿Quién le quedaría para anular? No hay más candidatos. Veo que mi experiencia hasta la fecha ya no me sirve para nada.

Miércoles 14

He ido a la playa y me he bañado desnudo. Luego he corrido un rato hasta quedar agotado. Creo que me observaba desde detrás de los árboles. No sé si es hombre o mujer, ahora que lo pienso; lo que me desconcierta aún más. Me he puesto a gritar como un poseso, por si provocaba alguna reacción en él (o ella), pero nada, solo el rumor de las olas y algunas gaviotas que revoloteaban encima de mi cabeza. Esta noche encenderé una fogata delante de la cabaña y tocaré la misma canción de siempre. El tiempo, últimamente, adquiere una nueva dimensión, a veces retrocede como si quisiera recalcar ciertos episodios; otras, se detiene un instante, para luego avanzar vertiginosamente sin ningún control. Y hace mucho que no consumo hongos.

Jueves 15

Ayer noche tampoco apareció. Recorrí toda la isla. Me acompañaban algunos pajarillos yendo de rama en rama, silenciosos, como si notaran algo extraño en el ambiente. Esta noche lo volveré a intentar con la dichosa canción. Mi corazón late muy lentamente. No soy de los que analizan, pero la situación está enquistada y me desorienta por completo. Últimamente sueño con caminos sin salida que recorro a cámara lenta; sé que no hay salida, pero voy hasta el final. O con edificios abandonados en pleno bosque, con pájaros sin alas, con tormentas secas...

Viernes 16

Sin noticias del enemigo. Apenas recuerdo cómo era mi vida anterior. Ya solo prospera la perturbación, la incertidumbre. El vacío que se respira es enorme. Como esto siga así voy a tener que abandonar la isla. Esta soledad es insoportable sin un enemigo al acecho...