Babelain. Haikus Endémicos.

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Estos Haikus son solo una muestra de la colección de poemillas al estilo de los haikus japoneses clásicos de cinco, siete y cinco silabas sin rima. Solo que, a mi estilo, es decir, sin pies ni cabeza (aparentemente, claro). ¡Qué cada palo aguante su vela! En el mejor de los sentidos. ¡Qué me gusta esta frasecita!
De esa colección de haikus que tengo guardada, algunos han salido en una revistilla que estamos haciendo,  con ilustraciones de Mavi y de mi hermano Carlos, y textos y fotos de un servidor. Las digitalizaremos y las publicaremos en el blog proximamente. 

Pero, a lo que vamos, aquí, las fotos antiguas en blanco y negro donde aparecemos Mavi y yo, son de mi amigo Antonio Ruiz, antiguo compañero de los tiempos de Malasaña, en los primeros 70. La edición y el resto de fotos son de cosecha propia, y eso se nota enseguida por el estilo chapucero característico, pero eso es lo que hay. Y la música, pues eso, en la línea habitual en la que me he metido últimamente, utilizando hasta un sintetizador micro Korg, entre otras lindezas. (¿Quien me iba a decir a mí al principio de los años 70 que me iba a meter en estos berenjenales?). Uno aprovecha el confinamiento de la manera que le parece mejor, dentro de sus posibilidades. Ah, y Mavi se apunta a un bombardeo. En esta ocasión, cantando. La acompaño en el último haiku.


HAIKUS ENDÉMICOS
I
Ardor Cobarde
Divorcio Sinfónico
Patria Cósmica

II
Bala Escéptica
Catástrofe Híspida
Juez Inocente

III
Eco Irónico
Emoción Atlética
Átomo Feliz

IV
Escama Hirsuta
Artilugio Cándido
Branquia Elegante

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Estado de Ánimo

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Mientras dure el Estado de Alerta decretado hace unos días, sería conveniente seguir algunos consejos o recomendaciones, para que no se nos vaya de la mano el:

Estado de Ánimo

En estos días de confinamiento se pueden contemplar los siguientes Estados de Ánimo, entre otros:

1.            Estado de Abstracción. Es el que propone una nueva realidad distinta a la natural. Este estado es uno de los más recomendables para estos días. ¡Qué se metan su Realidad en el Teatro de Variedades!, parafraseando a Arthur Cravan. Se propone un juego de máscaras. Por ejemplo: Máscara de Cadáver Insumiso, de Nobleza Hipócrita, de Farsante Parpadeo, de Otorgar Conjuros, de Lujuria Heroica, de Constelación Hipnótica, de Víctima Contradictoria… Ósea, que nada es lo que parece, como siempre.

2.            Estado de Entusiasmo. Suele darse al principio de los confinamientos, cuando todavía no ha llegado la sangre al río. Este Estado no suele durar más de dos semanas (sin ingerir algún tipo de droga, legal o ilegal). A algunos les da por creerse que tienen controlado el asunto. Craso error. Se recomienda ver películas como “Atila le rasca las ingles a los Hunos y… a los Otros”, o “Hitler separando las aguas del Mar Rojo”, o “El Día del Orgullo Gay en Saturno”, que empieza con Abas… ¿cuál? montado a caballo, en tanga, encabezando el Desfile. Como estas películas no existen, habría que rodarlas. ¿Alguien se apunta?
Después de eso, uno se queda en un estado que podría definirse como:

3.            Estado Paradójico. Se alcanza este Estado a partir de la segunda semana de encierro. Se empieza diciendo chorradas como Seamos realistas, pidamos lo imposible. Algunos, los más atrevidos, cambian su rol habitual por otro más… Por ejemplo, un Notario disfrazado de Groucho Marx, o un Ultra leyendo La importancia de llamarse Ernesto … Vamos, sentirse libre estando encerrado. Esa es la paradoja. No dura mucho tiempo. Empiezan a escasear los cocodrilos en las bañeras. A las sandías les salen patas y corretean por el pasillo.  Hay quien se pone a buscar por los cajones el Kempis que le regalaron en su primera comunión. Pero, enseguida aparece otro Estado que estaba agazapado esperando su ocasión.

4.            Estado Utópico. En una primera acepción: Plan o sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en armonía.
Aunque la acepción válida, en estos casos, es la segunda: Proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable. Y en esas estamos. Cuando nos damos cuenta de que el Estado Utópico es inviable estando confinados, nos sobreviene, primero, la euforia, (ese estado del ánimo propenso al optimismo que, como fenómeno patológico, se observa en algunas intoxicaciones y enfermedades del sistema nervioso), después hace su aparición la gesticulación irrefrenable, la verborrea incontenible y al final llega el:

5.            Estado Apocalíptico. Llegando a este punto, los más beneficiados son los fabricantes de trompetas de cuerno de carnero. Todo quisqui se compra una por internet, sin gastos de envío. Se reciben en veinticuatro horas. Ya no son solo siete sacerdotes soplando sus trompetas para derribar el muro de Jericó. Se han contabilizado más de siete millones de individuos que, tras un corto cursillo de aprendizaje, hacen sonar su instrumento al unísono, como los ángeles.  Se forma tal algarabía que los muros de Jericó se levantan de nuevo por arte de birlibirloque y … Debemos aclarar que este Estado no es en absoluto conveniente para nadie, excepto para los fabricantes de trompetas de cuerno de carnero. ¡Un poco de contención, por favor!

Mavi:
Voz

Babelain:
Texto, Fotos, Vídeo y Música

Mejor en pantalla completa

Black and White Faces

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Exposición de caras de algunos de los dibujos de Mavi pasadas al blanco y negro. Para la voz de la grabación he utilizado la del traductor on line en distintas velocidades y con los efectos convenientes (?). Además, guitarras varias, pistas al revés, cambios de velocidad, percusiones, y toda la parnafenalia habitual. Para la portada he fundido uno de los dibujos de Mavi con uno de sus autorretratos (en tiempos de confinamiento) al óleo.

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Babelain. Y ahora, ¿qué?

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Cuatro de abril (Confinamiento)

Y ahora, ¿qué?

(Canción)
(Letra y música: Babelain)

Ahora que el horizonte
Ha desaparecido
En este atardecer
De color violeta

Ahora que no pasan trenes
Y las dimensiones menguan
Ahora, ¿qué?
Ahora, ¿qué?
Ahora, ¿qué?

Suenan las campanas
En las plazas vacías
Y el sol cae en la tarde
Sobre el silencio

Se puede engañar al tiempo
Solo durante un rato
Y después, ¿qué?
Y después, ¿qué?

Ahora que el río pasa
Lamiendo solo una orilla
Como un espejismo nocturno
Sin estrellas

Ahora que toda herencia
Se convierte en una herida
Ahora, ¿qué?
Ahora, ¿qué?
Ahora, ¿qué?

Suenan las campanas
En las plazas vacías
Y el sol cae en la tarde
Sobre el silencio

Se puede engañar al tiempo
Solo durante un rato
Y después, ¿qué?
Y después, ¿qué?